Bernardo Sartier
La cadera de Margallo
Le movieron los marcos a España y los del Aquarius vienen a poner su necesidad y a deponer sus necesidades, veiga aberta. Mientras, Mariano se refugia en el caloret de Santa Pola, ahí sus quedáis y pasadme el portafirmas. El juez Castro, moralmente impoluto pero jurídicamente mejorable se explaya con la Pastor en un lametón de herida que debería haber cauterizado su jubilación. Castro anclado en acontecimiento pretérito demuestra inmadurez. Quizá trastorno obsesivo.
Pese a todo, me quedo con Castro y no con Horrach, críptico de andares masónicos, un tacticista del derecho que hace maleable acusación o defensa según sople tramontana o mistral. Me hago a Horrach con falda caderera y ombligo al aire danzando los siete velos ante el Fiscal General del Estado. El vuelco gubernamental vende prensa y con Soledad Gallego Díaz dirigiendo El País todo se va a arreglar menos El País, porque dicen que el calote de PRISA es tal que se buscan soluciones sin saber que la prisa nunca fue la mejor consejera de PRISA. Vestidme despacio que tengo PRISA, dice Soledad, que amenaza con feminizar el cielo de la boca de las rotativas y llamarle periódica al periódico. Políticos pintando lo justo, aquí quien quita y pone gobiernos es La Sexta, y también quien promueve referéndums, proclama repúblicas suspensas y azuza el fuego del conflicto catalán, que es la mejor manera de mantener a la audiencia ojiplática para calcetarle, entre el informativo y los deportes, veinticinco minutos rentabilísimos de publicidad, que hay que pagar a los del Consejo de Administración su pastuqui y luego, si queda algo, repartir morralla, o sea algún dividendo con un accionista chusquero de Cuenca.
España es un enorme invernadero de sociedades anónimas que tributan menos de lo que debieran, de burbuja informática que algún día nos estallará en los morros y de compatibilidades que, si se suprimiesen, bajaría el paro un millón de tíos. La política en directo ha desbancado a los toros en el solaz del español y casi supera al futbol. Es como un Supervivientes en el que Sánchez podría ser la Raquel Mosquera paquidérmica, esa que amenazaba con hacer capotar el helicóptero antes de lanzarse al océano y luce ahora cintura de avispa. Para los tertulianos Sánchez era chepudo, chosco y parvo; arribado a Moncloa, el triunfito que se sacude los fans a hostias. Sánchez es la esperanza de la España gestual que promete papeles para todos, meter a Franco en formol y asistir, sanitaria y gratuitamente, a los habitantes de otras galaxias. ¿Y Ferreras? Ferreras es el Butano García de la política, atención que hay gol en el Parlament, el carrusel deportivo de la cosa pública que pone a desfilar progres matinales para apuntalar el discurso izquierdoso de sus jefes, que se forran. Uno de esos progres es Verstringe. Imagínense.
No sé si Ferreras es el mejor entrevistador de España, pero sí sé que es el mejor interrumpidor, un maleducado insigne que jamás, fíjense bien, jamás, deja terminar a un entrevistado una frase: ataja su contestación antes de que termine. El otro día entrevistó a Wily Toledo, en plan solidario con él -en la izquierda hay mucho de estética conmiserativa- y el Wily, que está como una puta cabra, pero como una puta cabra muy cuerda le dio cera por un sarillo: "¿Vosotros la izquierda, vosotros? Anda, Ferreras, vete a contárselo a tus jefes, a Vasile y Roures, que me tienen vetado por lo que digo y no me dejan trabajar en vuestra cadena, debería daros vergüenza". Y claro, Ferreras a cuadros, congestionado como colegial al que hubieran pillado meneándosela. Síndrome de Estocolmo, tron. Buscaba la entrevista empática con quien se había cagado en el dogma de la virginidad de María (y decía sobrarle heces para continuar haciéndolo en el copón) y se topó con un radical anarconoséqué que se despachó a gusto. Y luego Antonio Casado auto postulándose.
Demasiado puesto y demasiado apuesto, donosura Ariel sobre la que giñó la gaviota del PP una mierda como un piano, fuego amigo y el traje del domingo defecado. La gaviota del PP es que me come de todo. ¿Qué era un charrán? No importa. Gaviota queda mejor y la cagada, ya saben, es esa capacidad de Casado para aprobar un feixe de asignaturas en un solo curso académico. ¿El resto de candidatos? Margallo ya arquea su deterioro esquelético, Cospedal se derrotó cuando lo del en diferido y Soraya es demasiado baja. Margallo quiere renovar el PP porque "solo" lleva en política desde el 77; las pretensiones de Soraya y Cospe son más modestas: practicar la grecorromana sobre el barro. O sea que, o vuelve Rajoy o al PP le espera un desierto como el de Lawrence de Arabia. En España se apunta a presidente todo cristo porque presidir cría sangre y garantiza almorzar a diario. Hay hasta presidentes de concursos de filloas. Por qué me viene ahora a la memoria aquel nombramiento errado de ministro cuando el régimen del general Franco. Una equivocación nominal y la madre de la flamante autoridad que le telefonea al conocer la noticia por la radio. Hijo mío, ministro ¡qué desgracia!. Hasta ahora solo la familia sabía que eras gilipollas, pero ahora se va a enterar toda España…