Pedro De Lorenzo y Macías
Nuestras rías: encanto, disfrute y sufrimiento
Fotografía: © Pedro Lorenzo Macías.
Suave, tranquilo, engatusador. Una imagen de nuestras rías. Acoge y mima a todos los visitantes. Disfrutan de las cariñosas, suaves arenales de playas de duende, de fantasía.. ¡Coquetas, engatusadoras!
Se encandilan con los atardeceres. Observan en silencio, en divina tranquilidad. El sol se colorea de vistosos colores; engatusa el mar, que, embobado, lo abraza, lo mima. Se van, poco a poco, fundiéndose, irradiando enigmáticos coloridos, finalizando en un coito de misterio.
Disfrutan de nuestra gastronomía.. Tienen grandes alternativas: furanchos, asadores, marisquerías, bellos restaurantes. Encuentran lo insólito, lo enxebre, lo bucólico, ¡Nuestra cocina gallega! Se van con estos recuerdos. ¡Si! Nos vamos con nuestras vivencias, desconociendo el sacrificio de los que faenan en nuestras rías.
El mar es mutable, caprichoso e imprevisto. Las galernas, tempestades azotan costas, playas y puertos. ¡No es aconsejable fanear! El hambre, el sustento de su familia obliga a nuestros valientes, bravos pescadores a luchar contra ellas; han de ir a revisar sus nasas, a pescar. De sus frutos satisfacen sus necesidades y nos proporcionan deleitosos manjares, que saboreamos. ¡No pensamos en las penalidades!
En los años cincuenta pescaban al xeito, al curricán, línea; lo hacían remando. Salían muy de madrugada; remando se dirigían a los caladeros, sufriendo frío, dolores musculares. Sus esposas esperaban su vuelta; recogían la pesca e iban por pueblos trocándola por huevos, leche, carne.
Dura, esforzada vida de nuestros pescadores. A todos ellos les obsequiamos con este poema, plasmado en CACO, libro que pronto le daremos luz. En breve expondremos dos vivencias reales de estos hombres bravos de nuestras rías. Gracias por vuestra generosidad.
Mar majestuoso, poderoso, misterioso. A veces eres benévolo, amable, cariñoso. Muestras la inmensidad de tu belleza, con colorido de ensueño, con poesía de serenidad.
Invitas a la paz, a la amistad. Generas felicidad, armonía, risas, juegos... Regalas ocios saludables, con añoranzas de azul cielo, de unidad familiar, de generosa convivencia.
Otras, te enfadas. Te muestras huraño, tirano, destructor. Luces colores rojos de ira, de fiereza. Envistes las costas, las playas; las despojas, las dejas sucias, feas. Sacudes con odio a barcos, costas, destruyendo algunos, destrozando pueblos, llevando pobreza a los humanos y animales.
¿Por qué lo haces? ¿No dices nada? Es cierto que de ti emanaron las especies de animales, semillas, los gérmenes del mundo. Además enriqueces a muchos trabajadores con tus dádivas: buenos alimentos, algas curativas, sal..... ¡Eres desconocido, desconcertante! Dominas todos los países de la tierra, que a veces mimas, y otras, los atormentas.
Querría solicitarte un favor: ¡Lleva el mensaje de paz, de diálogo, de comprensión y respeto entre todos, a las naciones del Mundo! Habría paz, se terminarían las guerras, el hambre.
Si soy poco para ti, hazlo en favor a tu Creador, te dio poder... ¡Ojalá escuches mis súplicas! ¡Sé benévolo con mis marineros de encanto, de ensueño! Son bravos, valientes y sufridores en silencio.
Autor: Pedro de Lorenzo y Macías.
Algunos de nuestros marineros de los años 50 nos contarán su vida, su experiencia en su lucha contra el misterioso mar.
¡Salud, felicidad, fortuna!
Pedro de Lorenzo y Macías