Beatriz Suárez-Vence Castro
Acaso
No somos de nadie
Pero acaso
Somos
de quien
nos sueña
Por la noche
Y
nos piensa
al despertar
De quien tiene fe
en
nosotros
Y de quien
nos
ofrece
en
sus oraciones
No somos de nadie
Pero acaso
nos
retiene
Quien
seca nuestras lágrimas
Y besa
nuestra risa
Quien
nos
piensa
Y se le
alegra
el alma
Nadie
Nos
posee
Pero acaso
somos
de quien
sufre
por nosotros
Y
comparte
nuestra felicidad
Pudiera ser
si hubiese
dueño de nosotros
quien
al morir
nos lleva
en el pensamiento y
en el corazón,
antes y después de
su
último latido
Somos
de quien
nos
busca
entre una multitud de
rostros
y solo
ve
el nuestro
De quien toma nuestra mano
Y escribe sus deseos en la palma
Quizá
pueda
poseernos
un instante
quien
nos cierra los ojos con un beso
quien
vela nuestro sueño
y
nos asiste en la enfermedad
Quien se atrinchera con nosotros
En la batalla contra la mala suerte
No somos de nadie porque
Somos
libres
Al nacer y al morir
Mas,
si acaso
pertenecemos
un poco
A quienes
a lo largo de la vida
Nos han amado
más que a sí mismos
han acariciado
las alas
Que nos permiten
volar
y
han peleado
por
Lo nuestro
como si fuese
suyo
Si acaso,
un poco,
pertenecemos a ellos
igual que
al lugar en que hemos nacido
y
a aquellos otros lugares
donde
hemos sido felices
Si acaso,
el único sentimiento de
pertenencia
que
no debilita nuestro espíritu
Antes bien
lo fortalece,
sea
La libertad
de quien
escoge
cuando con quien y donde
se siente
libre.