Alba Piñeiro
Manadas, Sanfermines y touradas
A un conjunto de animales que andan reunidos, se le puede llamar literalmente manada. Y a un conjunto de quienes persiguen con saña a una persona o a un grupo, se le puede categorizar como jauría. Bueno, la RAE dice eso. Yo digo que ciertas manadas deben una disculpa a los animales…Un animal no entiende muchas cosas, pero lo que hace lo hace para comer o reproducirse. Hay inhumanos que definitivamente merecen cualquier calificativo, pero el de "animal", no, por respeto a los animales.
La gran mayoría estamos en desacuerdo con la sentencia a "La Manada". Los jueces entienden más de justicia que los que no lo son, hacen su trabajo, se documentan… No es fácil tomar decisiones, hay que aplicar la ley al caso concreto sin contaminarse con aquello que digan los medios, etc. Todos entendemos ese contexto. Sin embargo, no necesitamos pertenecer al mundo jurídico para entender algo: el mensaje que se le da a la población con esta sentencia es nefasto. Esos mismos chicos ya iban desde su lugar de procedencia con intención de "divertirse" y además se sabe que han hecho antes cosas similares y después de aquella fechoría en los mismos Sanfermines, hay imágenes en las que se les ve intención de buscarse a otra con la que hacer algo.
La víctima tiene que probar que lo es y el acusado tiene presunción de inocencia. En esa premisa, las tornas se cambian en contra de la víctima: puede más la condescendencia para no etiquetar a alguien como violador que el respeto y protección a la víctima y la actitud de ella es un atenuante para el depredador…
La justicia emana del pueblo y los jueces y magistrados administran e interpretan las leyes. El pueblo no sabe más de leyes que jueces y magistrados, pero tiene sentido de justicia, tiene valores, tiene ética, tiene moral. Estamos casi todos protestando contra esta sentencia por una razón más que sencilla: no nos representa como pueblo. Tener sexo sin consentimiento con una chica entre cinco lo vemos peor que ir a una fiesta sola, que estar un poco piripi y que hablar con desconocidos.
No somos cuñados de bar puritanos, ni exageradas que llaman "violación" a cualquier cosa los que estamos en desacuerdo con la sentencia que se dictó. Tenemos un sistema judicial que demostró estar un paso atrás de nuestra sociedad y que no es consciente del impacto social de la administración que hace de la justicia, diciendo que el hombre tiene derecho a disfrutar su hombría, a no preguntar (porque si pregunta es "no" y un "no" le hace un fracasado), que filmar el sexo es guay (que me expliquen si el sexo es consentido, porqué le han robado el móvil a la chica para que no se defienda a posteriori) y que la que va a ciertos sitios y bebe algo, que se atenga a las consecuencias. Es un abuso un "una contra cinco" improvisado, por matemática básica (y paren ustedes de contar).
Embadurnar decisiones con prejuicios propios es una forma de ser menos neutral. Dejarse llevar por prejuicios sexistas y de otra época buscando instrumentos para legitimar esos pareceres debería llevar a modificar las leyes, para que las interpretaciones posibles sean más justas en cada caso.
Cada maestrillo tiene su librillo, pero la ética y la moral colectiva entienden más de lógica que de leyes (gracias a Dios): violar está mal. No hay atenuantes para ello. Ningún hombre o mujer de bien quiere conseguir sexo con quien lo desea obligando, porque es una depravación, se ponga el nombre que se le ponga, o en el grado que sea: acoso, abuso, violación. Las personas justas valen mucho como para pretender imponer el sexo o directamente, hacerlo.
Los expertos en leyes que juzgan y legislan deberían estar más conectados a la realidad y reciclarse un poco. Se pueden tener muchos estudios y a la vez tener muchos prejuicios, la instrucción y la educación no son la misma cosa. Tengamos higiene mental e higiene social. La realidad tiene muchos matices y la correlación hechos-leyes puede acabar con una interpretación peligrosa si no se consideran las posibles aristas de la realidad en la que todos estamos y generando un efecto llamada: a esos no les pasó casi nada, a mí tampoco, ella se lo buscó.
Por otro lado, no critiquemos solo a los jueces: critiquemos a ese sector hipócrita que se suma al clamor general, pero se siente representado por la sentencia que ocupa. Critiquemos también a ese sector cromañón que se siente abiertamente representado. Que se siente impune ante la euforia de las grandes fiestas para obtener un triunfo más, que selecciona a su presa y si está sola, mejor, porque esa presa tiene todos los agravantes. Que ve normal llevar a la práctica lo que ha visto en la pornografía que se descargó o lo que escuchó en letras de canciones que insultan a la música y a la mujer y se siente más hombre por eso.
¿Qué falla en la sociedad para que chicos que no tienen treinta años y que crecieron en un ambiente de supuesta concienciación se froten las manos cada vez que hay una gran fiesta o una celebración de algún tipo?
El desprecio a la dignidad e integridad femenina es la causa del enfado colectivo. ¿Qué pasaría si en las Touradas, por poner un ejemplo, las chicas jóvenes decidan que, hasta que los hombres no entiendan que ir un poco piripi no te da derechos extra, no participarán en la fiesta?
Muy mal, seguramente. A muchos les suena muy mal la idea, claro. Pues que espabilen: no queremos llegar a eso. No queremos dar la razón a los que dicen que fiesta y alcohol deriva en lo que deriva. Las Touradas no tienen la culpa de lo que pase en los Sanfermines y si nadie quiere que las "exageradas" tengan razón y acaben no yendo e incitando a no ir a equis sitios, hagamos que el mundo y los espacios públicos, con o sin fiesta sean lugares más civilizados.
Seas del sexo que seas, basta de victimizar al rechazado y de criminalizar al que se niega. "No" es "NO".