Pedro De Lorenzo y Macías
Enigma del Monasterio de Poio
Divisamos dos monumentos distintos. El de la derecha es testigo de muchas tradiciones y enlace cultural desde la antigüedad hasta nuestros tiempos. El de la izquierda se construyó en 1959, albergando a más de 200 seminaristas, estudiantes de filosofía y teología.
Nos recrearemos en el bucólico cenobio. Está situado en un verde altozano mirando al mar de los misterios; vigilado por la enigmática isla de Tambo, en la ría de Pontevedra. Cuenta la tradición que San Fructuoso, andando por las marítimas aguas desde el Tambo, llegó a este lugar mimado por la naturaleza y se embelesó. Fundó el cenobio en el siglo VII.
¿Quién fue San Fructuoso? Observemos la siguiente reseña, muy breve y concisa, basada en datos que aporta uno de sus discípulos, San Valerio.
Nació a finales del siglo VI, en el seno de una familia goda de la nobleza de grande riqueza. Huérfano muy joven, entregó sus bienes a los pobres, liberó a sus esclavos y se retiró en busca de lugares agrestes y de difícil acceso. Estaba poseso por la vida ermitaña; la soledad, la sabia naturaleza, le confortaba su espíritu. El viento promulgó su vida, santa y austera; pronto llegaron hombres y mujeres, penitentes. Fundó el primer cenobio. Deambuló, donde se asentaba llegaban otros buscadores de la paz, de la santidad y otro cenobio. Así transcurrió toda su vida. Hasta que llegó a Poio y se estableció.
En la vida del santo en nuestra embrujada ría, surge la figura de Santa Trahamunda, patrona de la morriña gallega, siendo viajera en el tiempo y en el espacio.
Observamos la tumba, de estilo suevo donde estuvo enterrada Santa Trahamunda. Detrás está la imagen de la Oca dando de comer a sus crías, símbolo sagrado. Pueden visitar esta capilla que se encuentra en la Iglesia de San Juan de Poio, en lateral izquierdo.
Hay dos bonitas leyendas sobre esta Santa. Trataremos de plasmarla con la sencillez posible.
Era novicia un convento de la Isla de Tambo. Fue secuestrada por los moros. La llevaron a Córdoba para unirse al harén. Su negativa férrea la llevo a ser encarcelada durante once años. Rezaba a Dios que la trasladase a Poio. En el día de San Juan apareció en su pueblo natal, Poio, traía consigo una palma de Córdoba como testimonio de su venida real. Otras versiones, dicen que su llegada a fue a la Isla de Tambo.
La historia de Santa Trahamunda puede derivarse de los ritos de pueblos establecidos anteriormente a los suevos. La palmera es un símbolo sagrado desde la Prehistoria; es símbolo de la Resurrección o Vitoria.
Este símbolo está en la mitología egipcia que resumimos: “Las diosas egipcias: Nut, el cielo estrellado; Hathor, la gran madre o vaca cósmica; Isis, dadora de la vida. Son citadas como señoras de la Palmera. Vivían en el árbol, encarnaban en el al difunto, dándoles de comer y beber. También la asociaron a Ra, dios del Sol Creador.
Exponemos este preámbulo de las grandes curiosidades que están dentro del convento y sus alrededores llenos de santuarios megalíticos, castros, en el Monte Castrove.
Seguiremos en otro episodio sacar a la luz toda la belleza histórica que encierra este bellísimo convento y hostelería de los Padres Mercedarios de Poio.