Manuel Pérez Lourido
La Liga de Primera
La liga de fútbol de primera división es la competición en la que el Madrid, desde que uno recuerda, entrena para la Champions. Los años de mundial ni siquiera eso: sus cracks deambulan por el campo sin ansia, temerosos de resbarlar y romperse algo. Salvo Bale, que se rompe resbalando o no. Y Cristiano, claro, que lleva el ansia tatuada en las meninges y la estrella contra los postes, contra el público, contra sus compañeros, contra la prensa... El Madrid de esta liga se mete en los partidos como si fuese en una sauna, ahorrando energías para comprarse décimos a ver si le toca la tercera champions consecutiva.
En cambio el Barsa no se puede permitir esos lujos: es lo que pasa cuando llevas sobre los hombros a toda una comunidad autónoma que amenaza además con partirse en dos. No te puedes dormir porque si te derrotan no se trata de que hayas perdido tú, es que no ha ganado Catalunya. Y eso sí que no puede ser, tal y como está el patio. Cuentan los culés con un magnífico portero y un marciano, y esos dos de la mano hacen por un par de equipos de la zona media de la tabla. El marciano, que juega con Argentina en su versión terrestre, gana partidos de puro aburrimiento. Tiene sacado partidos adelante él solito solo porque no le gusta que lo cambien y algo ha de hacer cuando le pasan el balón. Ha marcado goles distraído. Ha dado pases de gol por saludar al compañero al que entregaba el regalo. Y todo sin aparente esfuerzo, sin tensión, sin desesperarse, sin agresividad. Los penalties los falla por eso, precisamente, porque es muy violento fusilar al portero desde tan cerca y no le va esa historia.
Por suerte, este año ha aparecido un tercero que no es el Frenético de Madrid de Simeone. Un Valencia coral y eficiente, montado cual mecano por un entrenador asturiano de envidiable trayectoria y cuyo mayor handicap es ser español, bajito y fuera de serie. El Valencia de Marcelino es un equipo asertivo (sabe a lo que juega) y eficaz. A final de temporada sabremos cuántos puntos le habrá sacado al Madrid. Solo el Barcelona del marciano y de Ter Stegen puede hacerle sombra.
Aunque en el fondo, allá al final de todo, todos los ojos estarán puestos en el mundial: los años de mundial el campeón de liga casi ni existe. Su gloria dura dos telediarios del mismo día. Los señoritos del Real Madrid bien que lo saben (y que se lo curre su tía).