Este emblemático lugar de nuestra ciudad, la plaza de la Peregrina, fue desde siempre lugar de reunión y charla distendida. Aquí se concentraban cuatro puntos de tertulia de lo más interesante de la Pontevedra de antaño.
En primer lugar tendríamos que mencionar la más famosa de todas las tertulias. La de "La Botica de la Peregrina", reuniones políticas, musicales y de actualidad. Era la más popular, no tanto por los señores que allí se reunían en constante tertulia utilizando como lugar de descanso el famoso banco de la botica, sino por su propietario, D. Perfecto Feijoo, gaitero elogiadísimo, más aún desde la fundación de su "Coro Aires da Terra"; por su emplazamiento, en el punto más céntrico de la ciudad y por su popularísimo loro Ravachol, así llamado en honor al anarquista francés François Claudius Koënigstein, que tenía ese mismo apodo.
Como hecho anecdótico mencionaremos que la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa del emperador Napoleón III de Francia, visitó Pontevedra el 29 de junio de 1896, viajaba de incógnito haciéndose llamar Condesa de Pirrefands, uno de los títulos de su esposo. Visitó la Capilla de la Peregrina, donde se detuvo a orar, y al salir se acercó a la Botica de la Peregrina donde charló durante unos minutos con D. Perfecto Feijoo, mientras permanecía sentada en el famoso banco de piedra de la botica.
La botica cerró sus puertas allá por 1936, ya que se cree que llevaba unos diez años cerrada cuando, en 1946, fue proyectado el derribo del inmueble donde había estado ubicada. En ese lugar, aproximadamente, hoy existe un monumento al famoso loro.
La segunda de las tertulias, no tan conocida como la primera, pero con personajes más ilustres y en la que abundaban más los contenidos "científicos y literarios", era la de la "Botica de Maquieira". En su establecimiento tenía su dirección postal la logia masónica "Helenes nº 7", de la que Joaquín Maquieira era miembro.
En la rebotica de su farmacia se reunía, en la segunda década del siglo XX, el llamado "Club Karepas". Una tertulia que conformaban, además del propio Maquieira, Alfonso Rodríguez Castelao, Antonio Losada Diéguez, Francisco Javier Sánchez Cantón, Blanco Porto, Antonio Iglesias Vilarelle y Octavio Pintos, entre otros.
Esa misma rebotica tiene una trascendencia musical para Pontevedra, pues en ella se alentó la idea y el proyecto que más tarde cristalizó en la Coral Polifónica.
La tercera de las tertulias, de personajes amigos de las antigüedades de Pontevedra y de los valores de su historia, era la más selecta de todas, pues su anfitrión, D. Casto Sampedro, no gustaba de hacer tertulia de muchos amigos, solamente de unos pocos elegidos y de algún personaje que solicitase de su privilegiada inteligencia para resolver algún enigma o alguna enmarañada cuestión.
Y la cuarta y última, era una tertulia dominguera en la confitería Pedrosa, (hoy en ese lugar está la joyería Suárez), compuesta fundamentalmente por las señoritas Pedrosa y el grupo de féminas habituales en la misma. Era cuestión excepcional la participación de algún miembro masculino y cuando esto se producía era porque se trataba de los pretendientes de dichas señoritas.
Años más tarde, en la esquina que hoy ocupa el Banco Santander, se ubicó elCafé Méndez Núñez, centro también de importantes tertulias, donde nacieron movimientos culturales y políticos de relevancia para Galicia, llegando a ser la sede del "Moto club" de Pontevedra. Su anterior emplazamiento era en los soportales de la Herrería, lugar que ocupaba la tristemente desaparecida La Moda Ideal, se le conocía también como Café Martín, por el nombre de su propietario, y tenía entrada por los soportales y por la calle Michelena.
En este mismo lugar, entre la puerta y torre de Trabancas y la torre dos Abades de la muralla medieval, en el siglo XV, adosadas al trozo de muralla se construyó un grupo de casas destinadas exclusivamente a las mujeres públicas, el solar lo dio en foro el Concejo al regidor Jácome Rodríguez, con el privilegio de que nadie tendría otras, ni dentro ni fuera de la villa.
También en ese altozano y, probablemente, desde la concesión, en 1180, de la villa a la mitra compostelana, existió en tal sitio el rollo indicador del nuevo señorío jurisdiccional. Consistía en una columna de piedra, de una o varias piezas, cilíndrica y terminada en una bola, cruz o pirámide, sobre una media naranja. Se situaba en las salidas y entradas de las villas, en las afueras próximas y en los sitios elevados. Solía tener las armas de la mitra, como los señoríos civiles lucían las suyas.
Este rollo desapareció al edificarse la actual capilla de la Peregrina. Suele confundirse el rollo con la picota, ya que era también una columna de piedra, pero con argollas y garfios, situada en plazoletas y sitios similares, a fin de obtener ejemplaridad de las penas. Hay noticias del rollo de la Peregrina de haberse utilizado como picota, y por eso la puerta inmediata de la muralla llevaba, entre otras, esa denominación.