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Los niños de San Ildefonso ¿deberían cobrar un sueldo?
Como todos los años desde hace ya más de un siglo, el 22 de diciembre tenemos sorteo de la lotería de Navidad. Que la lotería debe ser el único impuesto indirecto voluntario que pagamos con alegría… y con la esperanza de que a nosotros nos toque como devolución lo que muchos otros conciudadanos han pagado.
El sorteo en sí mismo, además de una tradición centenaria, es una ceremonia que se transmite a través de numerosos medios de comunicación y que precisa de la fuerza laboral de muchas personas, especialmente el personal de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) que organiza el evento, custodia las bolitas, y se asegura de que todo lo que no sea estrictamente azar esté absolutamente controlado. Lo hacen no por espíritu navideño, sino porque es su trabajo.
En este sorteo (y en el del Niño, y en los sorteos de jueves y sábados durante todo el año) hay un grupo peculiar de trabajadores, sobre los que recae una cuota de responsabilidad, que, según lo que se cuenta, no cobran. De hecho, dado que siempre son menores de 13 años, no podrían ni trabajar, fuera de que los hayan dado de alta como artistas en espectáculos públicos y les paguen por las actuaciones, lo que parece poco probable. Son los niños del internado de San Ildefonso, el único centro educativo público de España que oferta una actividad extraescolar desde el propio colegio consistente en ensayar para cantar la lotería estatal y participar en el sorteo.
Dirá el lector que tampoco hay que exagerar, que no son trabajadores, son niños viviendo una experiencia única. El caso es que esa experiencia única conlleva horas de preparación, un auténtico curso de formación del que sale un grupo de escogidos, la organiza una empresa que recauda una cantidad importante de dinero, tiene un horario concreto, unas instrucciones muy determinadas de cómo hacerlo, y todo el mundo que participa en el evento, salvo los niños, cobra por el tiempo que le dedica. Los niños de San Ildefonso, demasiado niños para ser contratados según la ley, tienen toda la pinta de ser trabajadores a tiempo parcial de la SELAE, o trabajadores cedidos ilegalmente por el Colegio de San Ildefonso, que, no siendo una ETT ni dedicándose a las loterías, tampoco es que pueda cederlos.
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