Óscar Serantes
Otoño democrático
Como buen apasionado de la política no podía perder la oportunidad de comentar sobre la situación política a nivel mundial, de cómo se ha contaminado de tal manera el debate ideológico hasta llegar al punto de convertirse en un debate basado en tweets mas parecidos a eslóganes de marcas de lavadoras que a pensamientos de carácter ideológico.
Nicolás Maquiavelo, ya hablaba de la cíclico de los periodos políticos, y que estos se repetían siguiendo mas o menos el mismo esquema, la monarquía degeneraría en tiranía, la aristocracia en oligarquía y la democracia en anarquía, en estos momentos creo que estamos viviendo nuestro otoño democrático como tal, viendo como poco a poco se empobrece la democracia y surgen grupos que incluso ponen en duda sus procesos y su autoridad para decidir nuestro camino, siempre y cuando ellos no salgan reforzados de estos.
Sumado a esto y basándonos en la teoría de vender la política como algo comercial y no como un debate profundo sobre hacia donde debería tender un país llegamos al segundo punto. Cualquier empresa de marketing sabe que los sentimientos venden mas que las especificaciones de marca, "vivamos como galegos" podría ser un gran ejemplo de esta idea. En política nos encontramos con el odio como pilar fundamental de muchas de las campañas.
El odio apoyado por un momento de recesión económica a nivel global y con el sentimiento de haber sido expoliados por unos pocos hace que este se convierta en un motor de movilización. Varios casos tenemos en los últimos años del uso del odio por parte de los extremos ideológicos para intentar acercar a su posicionamiento a personas de clase media que han visto empeorada su situación vital. Desde Marine Le Pen, Amanecer Dorado o el mismísimo presidente de los Estados Unidos Donald Trump, además de movimientos como el Brexit, que son sustentados en gran medida por el rechazo a los extranjeros, hasta Syriza, Podemos o Beppe Grillo y el movimiento 5 estrellas italiano, que nacerían de la idea apolitica de la transversalidad, el sentido comun y el rechazo hacia los avances del pasado.
Vivimos en un momento de convulsión, donde nadie está de acuerdo con lo que pasa ni con los resultados, las encuestas ocultan grandes porcentajes de voto oculto, lo cual indica que la gente no se atreve a declarar a quien apoya, lo cual ya muestra una desafección hacia lo votado, y mientras decidimos que queremos ser de mayores el tiempo pasa y damos pie a que ventajistas nacidos de esta situación de inestabilidad política se hagan con cargos con mas eslóganes que ideas, lo cual para la campaña está bien porque llena titulares y genera en muchos casos debates ficticios e interesados, pero para gobernar un país o ciudad se necesita algo más que eso, ya que de otra manera estaremos condénanos a una visión cortoplacista y estéril.
Pero mientras tanto, y como ya dijo en su día George Bush: "Nuestros enemigos nunca dejan de pensar en nuevos métodos para perjudicar a nuestro país y a nuestro pueblo, y nosotros tampoco", la política no suele ser ni más ni menos que el reflejo de la sociedad.
Buenos días y buena suerte.