Beatriz Suárez-Vence Castro
Una habitación propia
Aunque la celebración del día internacional de algo pueda parecer una tontería (hay Día Internacional para casi todo) resulta una manera útil de llamar la atención sobre un tema en particular del que no siempre, alienados como vamos con nuestro día a día, somos conscientes.
El 17 de Octubre se ha escogido por vez primera como el Día Internacional de la Mujer Escritora.
Aunque hoy en día lo juzguemos algo absurdo, Arte y Mujer fueron durante mucho tiempo términos incompatibles.
No se me ocurre mejor manera de celebrar este día de nuevo cuño que con la relectura o mejor aún con el descubrimiento, si aún no la han leído, de Una habitación propia, la obra a medio camino entre novela y ensayo de Virginia Woolf. En ella la autora defiende la necesidad de las mujeres de ser independientes económicamente, con más motivo si tienen inquietudes artísticas. "Una mujer necesita dinero y una habitación propia".
La habitación de la que nos habla Virginia es mucho más que un espacio físico. Es la necesidad de autoafirmarse en un mundo hecho a medida del hombre. Es la consecución del trabajo incesante de la mujer para no quedarse atrás, para ser valorada en su justa medida, sin vanidad pero con estima propia, haciendo un lugar para sí donde pueda ser ella misma y desarrollar su talento igual que lo hacen ellos.
Coincide prácticamente con esta fecha la publicación del libro de la periodista Angeles Caso, titulado Ellas mismas. Es una colección de retratos de ochenta pintoras cuya obra no fue reconocida en su momento, pese a tener un innegable talento, debido a la obligación de mantenerse estrictamente en el ámbito reservado a su sexo, en el que no figuraba la expresión de sus habilidades como artistas.
Tema diferente al de la valoración de las escritoras es la eterna pregunta sobres si existe una literatura solo para mujeres. No creo que sea así aunque el enfoque de muchos temas sea distinto si quien escribe es un hombre o una mujer. Grandes autores han tratado temas considerados femeninos como hizo Federico García Lorca en Yerma y lo han hecho sensiblemente. Pero aún sigue siendo el mundo literario predominantemente masculino al menos en cuanto a galardones se refiere. Como en la empresa, la mujer está presente, sí pero quien sigue "mandando" es, mayoritariamente, el hombre. También la mujer tiene su responsabilidad en esto porque seguimos queriendo estar en todas partes al mismo tiempo y al hombre, en mi opinión, le cuesta menos delegar.
A la mujer escritora le queda todavía mucho camino para conseguir un reconocimiento igual y como símbolo para lograrlo, la Biblioteca Nacional junto a la Federación Española de Mujeres Directivas y la Asociación Clásicas y Modernas ha realizado diversos actos para que cada 17 de octubre desde este año 2016 sirva como recordatorio de que las inquietudes literarias no entienden de género. Todas necesitamos un espacio, real y figurado donde poder crear: Una habitación propia.