Marta Guirado
Los instantes suspendidos
Rosa Úbeda es una artista con un amplio recorrido y una sugerente producción. La suya es una obra que atrapa al observador en su particular periplo entre realidad y delirio. Pintora libre, es capaz de transportarnos a su mundo de ideas, tiempos y discursos superpuestos. Una caja de Pandora llena de seres e interrogantes, un lienzo que los ojos recorren en el sueño de un viaje trepidante por el tiempo y el espacio.
En palabras de la autora "algunas historias están en el papel y otras en la vida" y así es como su trabajo cabalga entre la expresividad y la introspección, disponiendo cuerpos y artefactos en enigmáticos escenarios. ¿Muestra la pintora sus historias o es el espectador quien localiza las suyas? Tal vez mucho de lo que éste encuentra lo extrae de sí mismo, y ni la provocación ni la búsqueda interior de la artista tienen sentido sin esa intervención.
Dice Rosa Úbeda que "el humano es un ser multisensorial que algunas veces verbaliza. Sólo el 35 % de una conversación es verbal. Algo parecido pasa con una pintura. No todo es visual". Percepción no es sensación, ni entendimiento de lo percibido o lo sentido, sino lectura compartida que nace de la cultura y que el espectador glosa, desde el surgimiento de las vanguardias, como intérprete activo.
Los instantes es una exposición que incluye obra inédita en diversos formatos. En sus palabras "no por ser lo pequeño, pequeño, es menos importante que lo grande. En lo pequeño se concentran los instantes. Esos fogonazos que la intuición pura aporta a nuestro autoconocimiento". Condensación de significados dentro de un instante suspendido en el que lo mínimo y lo discreto se amplifica, detenido en una narración fragmentada. Un equilibrio inestable de cuerpos flotantes, de tangencias e intersecciones, intermitencias y confrontaciones de signos y rasgos deliberadamente inacabados, con un dominio del dibujo y de las técnicas que sorprende por lo divertido e infantil. Se trata de una selección que compone su imaginario particular, fábrica de personajes en los que Rosa incluye su propia imagen.
La pintora emplea un grafismo que combina con espontaneidad la ligereza de líneas esenciales y textos dibujados, con masas saturadas de color sólido y fotos en blanco y negro. "El apoyo en el collage favorece la creación de discontinuidades en el relato y la exploración de nuevas salidas", sostiene la autora. Rosa Úbeda incluye datos, fotos y otras informaciones en una especie de trabajo de campo sobre el que construye, acto de liberación y catarsis creativa, su personal universo como puzle.