Antonio Berengua
Las expectativas electorales
La inminencia de elecciones, que siempre va precedida de la campaña, cuenta, esta vez, con un debate o parlamento televisivo de especial trascendencia por las circunstancias internacionales y nacionales que comportan y configuran una problemática de envergadura que determina la respuesta y por eso es muy fácil augurar un record de audiencia pues en definitiva quienes nos hablan son los que pueden convertirse en administradores de nuestro porvenir, que no es poco. Desde luego tiene singular importancia la posición que ocupa cada uno en el atril pues no es lo mismo ser el primero que el último que contesta a los precedentes y que en términos del foro jurídico obliga al primero a una habilidosa reconvención a los posteriores, pero a pesar de todo creo que la dificultad estriba en que la respuesta tiene, en términos coloquiales, algo del juego de las siete y media pues se puede notar quien se pasa y quien se queda, basta como ejemplo acudir a la agresión yidhadista, pues se puede afirmar la legítima defensa de Europa y de las vidas ciudadanas contra el terrorismo o emplear la palabra "guerra" porque en este último caso la connotación puede ser negativa para el potencial votante aunque de suyo se llegue al mismo destino, puesto que dejar al terrorista sin conciencia de tener enemigo puede acabar con todos nosotros, pero suena a otra cosa.
Lo mismo va a ocurrir con el tema de Cataluña, y con el espinoso problema del artículo 116 de La Constitución pues es evidente que, por ejemplo, el empleo de los términos comprendidos en el "estado de excepción", en el supuesto de que quieran emplearse, va a tener un impacto que exige una gran medida y pese a que la regulación no tiene nada que ver con lo que el votante pueda pensar porque hay un juicio de ponderación de garantías en otro tiempo inexistente, y desde luego el pueblo catalán empresario titular y licenciatario de cientos de bienes y trabajador responsable merece una especial consideración.
También el tema del "candado" del artículo 135 de La Constitución, en todas sus variantes, va a precisar de un esfuerzo dialéctico porque aparte de que no se puede explicar que un estado de derecho consagre limitaciones o prohibiciones sin recurso alguno, que es lo que en esencia significa, va a imponer un rigor porque los ciudadanos vamos a distinguir un papá noel repartiendo promesas de las razonables propuestas económicas, y que se esperan por las miles de personas, profesores, médicos, empleados en activo o jubilados y retirados, etcétera, a los que se impuso un sacrificio enorme.
Con todo, creo, en mi modesta opinión que la figura central de la atención del debate, sin menospreciar a nadie, va a estar ocupada por el representante de Ciudadanos, porque opino que es un centro-derecha moderado, que puede mover el porcentaje de indecisos o de disidentes de otras opciones, y hacerse con un gran resultado, y por eso creo que sus palabras van a tener una criba al milímetro por los potenciales electores. Luego habrá que esperar a las urnas del 20 de Diciembre que pienso no debe dejar a nadie en casa para lograr el porcentaje que pienso va a ser masivo.