Ana López
La moda antivacuna
No es casualidad que el niño de Olot se encuentre en la UCI, como tampoco lo es que sea él quien está muy grave por la difteria y no cualquier otro pequeño, ni el que sus padres resolviesen en su momento no suministrarle la vacuna recomendada.
En esta nueva moda de los anti-todo, la decisión de los padres ha estado, y está, apoyada por una liga a la que le da por refutar con argumentos carentes de base científica otros que cuentan con décadas de investigación. Esta corriente del "yo sé más que nadie" se ampara en una curiosa premisa: el que los menores son algo así como propiedad de sus padres, independientemente del riesgo al que puedan ser sometidos, como se ha demostrado en este caso.
En su atrevida página web en internet, la Liga para la Libertad de Vacunación minimiza la importancia de este hecho porque "no estamos en epidemia", obviando que si todos los padres de todos los niños del país hubiesen tomado la misma decisión –¿errónea? ¿irresponsable?– las probabilidades de que lo estuviésemos serían elevadísimas.
Después de leer el comunicado que han emitido, en el que manifiestan su aversión a la química y a los productos tóxicos en general, me pregunto si esta gente ha leído alguna vez los componentes de un simple champú, de los desodorantes –a propósito del aluminio–, si disponen de wi-fi en casa o si ya han neutralizado todas las antenas de telefonía móvil a su alrededor. El tema de la contaminación –en todas sus variantes– y el de los productos alimenticios merecerían sendos capítulos aparte.
Me contaron que en una ocasión una cirujana de la Sanidad pública se encontró a uno de sus pacientes de cáncer acompañado en la habitación del hospital por una especie de guía espiritual que le había aplicado una suerte de apósito con ajos que apestaba el cuarto. Una bronca y la expulsión del hombre sirvieron en ese caso para acabar con el problema. En el de los padres del menor de Olot han sido una tremenda culpabilidad y el miedo los que les han hecho reaccionar, hasta el punto de que ya han recibido la vacuna para que le sea aplicada a la hermana menor del pequeño enfermo. Es de esperar que al menos su sufrimiento sirva de ejemplo para que otras familias no lleguen a esa desesperada situación.