Noel Queipo
The Killing: una serie "noir"
Las series de televisión generalmente comienzan con una cabecera, un montaje de música e imágenes cuya finalidad es, en principio, dar nombre a los creadores y protagonistas del audiovisual en cuestión. Y si antes había pocas que llamaban la atención (todas eran muy similares y en general bastante sosas), ahora es cada vez más difícil que no lo hagan. Son piezas que destacan por su calidad y originalidad, convirtiéndose por sí mismas en verdaderas joyas. ÿste es el caso de The Killing, una serie que ya desde la cabecera deja ver por dónde van los tiros en cuanto a temática (crimen, policías, investigación) y en cuanto a imagen (composición, colores, calidad...).
Y es que The Killing no es sólo otra serie más de detectives (que surgen como champiñones últimamente) es una serie de investigación sí, pero dinámica, entretenida y que consigue representar el verdadero thriller nórdico. Es la adaptación americana la serie Forbrydelsen (el crimen), de origen danés, y ya sabemos el gancho que tienen los nórdicos en el género negro, sobre todo en las novelas pero parece ser que en la pantalla también son fieles a ese estilo policíaco y oscuro tan característico suyo y tan logrado.
Los personajes principales, los detectives Sara Linden y Stephen Holder, son pura química en pantalla. Y no me refiero a que sean pareja amorosa ni un par de "colegas", todo lo contrario, son dos polos opuestos que tienen buen rollo sí pero también muchas broncas. Siempre desaliñados, con problemas psicológicos, familiares, problemas con las drogas representan a los antihéroes perfectos: ¿luchan contra el crimen? No, simplemente resuelven caso a caso sin representar "el bien" porque tan sólo son dos personas más en un Seattle oscuro y deprimido.
¿Quién mató a Rosie Larsen? Esa es la pregunta fundamental que nos hacemos en el primer capítulo de la serie The Killing, y el motivo por el que la serie engancha desde el principio. El guion se basa principalmente en la resolución de ciertos crímenes y en la mezcla de éstos con los problemas personales de los personajes, siempre con mil giros y con finales sorprendentes. Sí es cierto que la primera trama (o el primer crimen) se extendió demasiado en el tiempo puesto que hasta el último capítulo de la 2ª temporada no supimos quién era el asesino de la joven Larsen, sin embargo, el sistema de hacer un nuevo caso por temporada ha funcionado mejor y para mí, se ha llevado el gato al agua.
Personalmente uno de los aspectos que más me gusta es el trato de la imagen, al más puro estilo del "film noir" pero modernizado: con tonos grises y azules, teniendo siempre de coprotagonista a la lluvia, al frío, el humo del tabaco Un ambiente y un paisaje deprimente de oscuridad y criminalidad en el que las composiciones de plano también tienen un papel fundamental en la trama acentuando la soledad, la melancolía, el miedo, la incertidumbre para dar mayor peso y fuerza a cada momento. Sin duda un derroche para los sentidos.
Y si empiezo hablando de la cabecera acabaré también hablando de ella, porque así lo hace también la serie. En el último capítulo se utilizan las imágenes que siempre hemos visto en la "intro" con un sentido nuevo, algo que me parece muy original y entrañable. Todo acaba como empezó, como un ciclo que se cierra con un broche maravilloso. Y es que lo que merece la pena siempre ha estado ahí, sólo había que darse cuenta y valorarlo.