Sardinas para hoy, turistas para mañana

27 de agosto 2015
Actualizado: 18 de xuño 2024

Sanxenxo acaba de celebrar su Día del Turista, como cada 25 de agosto. Más de 600 kilos de sardinas para agasajar a la principal fuente de ingresos del primer municipio turístico de Galicia. Pero esta vez la fiesta ha tenido más alegría que en los últimos veranos porque se han superado todas las previsiones. Aún estamos lejos de los mejores años anteriores a la crisis, pero los propios empresarios reconocen que están haciendo más caja de lo esperado. Los datos de julio así lo avalan y seguro que los de agosto también lo harán, a pesar del mal tiempo que nos ha dejado.

No sé si son brotes verdes, como diría Rajoy, o simplemente que los españolitos de a pie, a pesar de ser más pobres, de seguir en el paro o de tener salarios cada vez más precarios, hemos decidido que de perdidos al río y nos hemos lanzado a pasarlo un poco mejor que en los últimos veranos para recordar, aunque sea unos días, como viven los ricos. Sea como sea, lo cierto es que el turismo también ha crecido en Galicia en lo que va de año. Los datos oficiales dicen que las Rías Baixas siguen siendo el principal reclamo. Siguen sin rival por sus paisajes, sus playas y, no nos engañemos, sobre todo por tener más sol que el norte.

Los destinos preferidos por nuestros visitantes son Sanxenxo, Santiago y A Coruña. Los datos dicen que en alojamientos Sanxenxo pasó de 136.943 a las 167.509 consolidando una subida del 22,32% y que le sitúa como el primer municipio de Galicia seguido de Santiago de Compostela con 153.636 y A Coruña con 104.047. Está claro que son las tres joyas de la corona de nuestro turismo. Pero el ranking merece un pequeño análisis. 

Sanxenxo sigue siendo desde hace muchos años el principal destino turístico de Galicia, en los meses de verano. Su enorme infraestructura hotelera, sus estupendas playas y su microclima le garantizan el lleno en julio y agosto, multiplicando por 7 u 8 su población anual. Santiago siempre estará ahí porque la Catedral tira mucho, y en verano son miles los peregrinos que llegan al Obradoiro con todo tipo de  motivaciones en sus mochilas. Pero también es cierto que se trata de un turismo efímero: ver la catedral, cuatro fotos en el Obradoiro, un paseo por el casco histórico... y a otro sitio.

El caso de A Coruña es diferente. En los últimos años se ha convertido en un destino más estable, en visita imprescindible para todos los que vienen a Galicia, superando el lastre que le supone el tiempo, con muchos días de viento y nubes. Su incremento turístico está siendo llamativo y lo ha conseguido gracias a una ciudad muy bonita y cuidada, sobre todo en su perímetro litoral. Pero la Torre de Hércules, el paseo de Orzán y Riazor o el maravilloso parque de San Pedro con sus estupendas vistas sobre la bahía, son sólo una parte de ese éxito.

A ello hay que sumar una acertada política municipal que en los últimos años ha creado una variada oferta que ha especializado la ciudad en turismo cultural. Su veintena de museos se han convertido en todo un reclamo, cierto es porque varios de ellos se han hecho con un enfoque lúdico y divertido. La Casa de las Ciencias, el museo del Hombre, el Aquarium o el recién inaugurado Museo Nacional de las Ciencias y la Tecnología, son sólo los mas conocidos porque la oferta es mucho más amplia y variada. Estos museos, sobre todo los interactivos, han logrado que los turistas, especialmente el turismo familiar con niños, esté aumentando cada año los días de hospedaje. Dos o tres noches de hotel para ver con calma toda su oferta y disfrutar de maravillosos paseos frente al Atlántico, en la que posiblemente sea la ciudad más bonita de Galicia. Al menos para quien escribe así es, y Pontevedra la segunda, sin duda alguna.

Pero gustos personales al margen, el éxito turístico de A Coruña también debería ser un ejemplo a seguir en las Rías Baixas. Sería un error seguir esperando a que el sol nos llene cada verano los hoteles mientras los demás inventan nuevas ofertas. La provincia de Pontevedra debería apostar de una vez por otros atractivos turísticos colaterales, que atraigan más visitantes y que les “obliguen” a situar aquí su campamento base. 

No deja de ser curioso por ejemplo que el único parque acuático de Galicia, lleno hasta los topes por cierto, no esté por aquí sino en Cerceda, aunque sea gracias a la basura. ¿Por qué el sector y las administraciones no apuestan de una vez por infraestructuras turísticas que supongan un tirón aun mayor para esta provincia? Ya tenemos ejemplos concretos que están dando buenos resultados, caso del turismo de golf o el que arrastran los puertos deportivos. Pues ese es el camino a seguir. Hay que ampliar la oferta, crear el producto y vendernos mejor. 

Ademas de toboganes acuáticos y tirolinas espectaculares, se podrían crear otras muchas alternativas. Pienso por ejemplo en un parque temático sobre el agua, ya que somos el país de la lluvia y de los mil ríos presumamos de ello. O, por qué no, un museo sobre el Prestige con sus hilitos de plastilina incluido, y demás tragedias ambientales de Galicia, caso de los incendios forestales de 2006. Para el que crea que eso no tiene tirón que piense en los miles de visitantes que tienen por ejemplo los museos sobre las torturas de la Inquisición que hay en varias poblaciones españolas. Ejemplos tenemos a miles de que la tragedia también se puede convertir en turismo. Bien hecho y con el envoltorio adecuado, casi todo se puede convertir en un atractivo turístico. No hacen falta proyectos megalómanos de difícil rentabilidad. Basta con tener buenas ideas.

Tenemos un paisaje maravilloso, un clima aceptable, incluso muy bueno algunos veranos, una gastronomía inigualable, fiestas por doquier, playas para todos los gustos, una oferta cultural variada....Pero todo eso, parece que no da para mucho más. Así que igual es hora de estrujarse el coco, seguir los pasos de Coruña e inventar en las Rías Baixas otros reclamos con tirón, si de verdad queremos competir y obtener más tajada en el suculento pastel que supone cada año el sector turístico en España.

Opciones hay muchas y ubicaciones también, tanto en la costa como en el interior. Hacen falta ideas, ganas de hacerlo y lo más difícil, unir fuerzas para ver la provincia como un todo en el plano turístico, un paquete único desde Tui a Pontecesures, desde Catoira a La Cañiza. 

Está claro que en turismo nunca vamos a ser el Mediterráneo,  ni falta hace tampoco. Pero sí que podemos sacar más partido y más rentabilidad a uno de los entornos más bonitos de España: as Rías Baixas.