Al final, los gallegos vamos a ser los primeros en obtener la independencia del resto del Estado. Lo lograremos antes que vascos y catalanes, que llevan años con un nacionalismo fuerte y muy arraigado en sus territorios.
El Plan Ibarretxe fue el último intento de los vascos para convencer al Parlamento español de que el País Vasco estaba mejor solo. Y la declaración unilateral de independencia, la afrenta ilegal al Estado, el penúltimo de los catalanes.
Todos tienen derecho a defender sus ideas y a tratar de lograr sus objetivos ideológicos, siempre que lo hagan por los medios democráticos que el estado de derecho pone a su disposición. Los mismos que tenemos los gallegos o cualquier otra comunidad autónoma que, de repente, se vea impregnada de un sentimiento nacionalista lo suficientemente fuerte como para desear lo mismo.
En Galicia también hay un nacionalismo bastante arraigado y de mucho tiempo. Pero los votos, que son las principales herramientas para realizar cambios políticos en España, no les acompañan.
Sin embargo, contamos con una técnica que no tiene nadie más en todo el país, y que, de seguir así, acabará dando sus frutos. Se trata de la costumbre que tenemos de librarnos de todo aquello que consideramos inútil, enviándoselo al resto de resto de españoles para que lo sufran ellos.
Me explico, primero les despachamos al dictador, después a Fraga, a continuación M. Rajoy y ahora a Feijoo. Todos ellos forman parte de un elenco que, de una u otra forma, han sido perjudiciales para el país.
Pero no contentos con eso, de nuevo amenazamos con exportar a Rafael Louzán, para que continúe su carrera mangoneando en la Real Federación Española de Fútbol.
Un tipo que está condenado a siete años de inhabilitación para ocupar un cargo público por prevaricar será nuestra aportación para acabar de arruinar la imagen, ya de por si devaluada, del fútbol español.
Si es que, como sigamos por este camino, va a ser el resto del país el que pida la independencia de Galicia, por insolidarios y por dedicarnos a enviarles la basura en lugar de reciclarla aquí.