Los delitos sexuales ponen al feminismo en lucha y a la Policía en alerta
Por Natalia Puga
La violencia sexual es uno de los caballos de batalla del feminismo en los últimos tiempos y un vistazo a la crónica de sucesos en Pontevedra en el último año confirma el motivo de esa lucha.
En 2021 no solo en los juzgados se revisaron un sinfín de denuncias por abusos y agresiones sexuales, la mayoría con víctima menores de edad que tuvieron como agresores a familiares o personas del círculo cercano, sino que en el día a día de Pontevedra y su comarca se registraron denuncias preocupantes por episodios de esta naturaleza.
Una de las noticias más llamativas en esta línea ocurrió en la playa de Lourido, en Poio, con un exhibicionista que actuó durante meses. Seis mujeres denunciaron la presencia de un hombre que, según relataron las víctimas, se masturbaba mientras las observaba y también les hizo fotos en topless.
El hombre fue identificado y resultó ser agente de la Policía Nacional y su comportamiento llevó a convocar concentraciones de protesta como una especialmente contundente del Colectivo Feminista de Pontevedra en la plaza de la Peregrina en la que una de las víctimas contó su historia y la asociación destacó la importancia de que se sepa "el daño que este tipo de agresor hace".
Asociaciones feministas también salieron a la calle por un juicio que llevó finalmente ante el juez la denuncia presentada por una joven pontevedresa en el año 2018 por un supuesto caso de abuso sexual a manos del que entonces era marido de su madre y padre de sus hermanas.
También en los juzgados se resolvió un suceso que generó gran alarma en 2018, una agresión sexual a una joven durante la celebración del festival Armadiña Rock de Combarro, y que acabó en condena, un año y tres meses de cárcel.
En la recta final del año, surgieron varios rumores luego desmentidos por la Policía Nacional por agresiones sexuales a menores tras drogarlas, pero también llegó una constatación de que existe preocupación entre las Fuerzas de Seguridad por un aumento de las agresiones sexuales.
Lo denunció la Junta Provincial de Seguridad de Pontevedra, que puso sobre la mesa un aumento de los episodios violentos protagonizados por gente joven durante su tiempo de ocio nocturno, en especial en el fin de semana, en toda la provincia. Se trata, fundamentalmente, de lesiones físicas y agresiones sexuales que se producen con motivo de las concentraciones de menores en lugares como los botellones.
El año también resultó especialmente trágico en las carreteras, con un accidente muy grave que conmocionó a la población de Pontevedra y al mundo del motor de toda Galicia. Se trata de un siniestro en el que falleció el piloto pontevedrés Víctor Magariños cuando reconocía el terreno para el Rally de Pontevedra.
También la carretera se llevó por delante la vida de una vecina de Marín de 68 años en Estribela en un atropello en el que también resultó herida su nieta de seis años. Por este atropello fue detenido un hombre por homicidio imprudente y se generaron críticas vecinales por falta de seguridad vial.
En Caldas de Reis, tres jóvenes de 18 a 24 años fallecieron en un impactante accidente que generó gran conmoción social y en Vilanova de Arousa falleció una mujer y un hombre resultó herido grave en el choque entre una grúa y una furgoneta.
Durante este año 2021 se produjeron en la comarca intervenciones policiales curiosas relacionadas con el incumplimiento de las medidas aprobadas para frenar la expansión de la pandemia.
El año empezó con una fiesta de Fin de Año con 20 denuncias en un hotel de Sanxenxo y dejó también una mujer detenida por no llevar mascarilla en una terraza en un momento en el que era obligatoria, rebotarse con los agentes e intentar huir.
Curioso resultó también el caso de un hombre que se lanzó al río Lérez en pleno invierno para evitar ser detenido por la Policía Local de Pontevedra o el de un conductor que se quedó mirando el radar mientras hablaba por el móvil y finalmente acabó denunciado por cinco infracciones.
El año deja también episodios inquietantes como una investigación policial en marcha por la desaparición de un joven de A Illa de Arousa supuestamente cuando iba a bordo de un narco velero.
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