Desde 1963, Confitería Capri es un referente en el arte de la repostería desde su tienda-obrador de la calle García Camba, 9, de Pontevedra. Su actual gerente, Menchu Collado, ha llevado esta tradición a nuevas alturas desde que asumió el mando en 2015, aunque su historia con la confitería comienza mucho antes.
"Entré a trabajar en octubre de 1980 con María Luisa Fuertes y ella me dio la oportunidad de quedarme con la empresa, y además tuve la suerte de que todos los compañeros continuaron conmigo", afirma Menchu Collado.
Desde sus inicios, Menchu ha sabido infundir un aire renovado a la tradicional confitería, combinando la maestría artesanal con la innovación. "La fidelidad de nuestra clientela es, sin duda, el mayor agradecimiento que podemos recibir", asegura.
Si bien las recetas clásicas, como la famosa tarta rusa, el inigualable milhojas, los exquisitos vasos de chantillí o la emblemática tarta de fresas son el corazón de la propuesta de Confitería Capri desde generaciones, cada día "nos esforzamos por sorprender a nuestros clientes con creaciones innovadoras".
En la nevera de los semifríos se aprecia la constante innovación que Menchu y su equipo aportan al negocio, gracias a las espectaculares tartas y postrería para eventos, que ya se han convertido en sello de la casa.
La red velvet es una de las tartas semifrías que se ha ganado el corazón y el paladar de los pontevedreses, con su textura de bizcocho suave de cacao rubí, su sabor afrutado y su delicada crema de queso mascarpone.
Y es que el repertorio de semifríos es tan variado que todos pueden encontrar aquí su sabor favorito. Entre otras tartas, la carrot cake, un capricho irresistible de zanahoria; la cheese cake, un clásico de queso; la original chupachup Kojak, de cereza con glaseado que emula el sabor del chupachup de siempre y que, no solo sorprende a la clientela de las generaciones familiarizadas con este dulce, sino que gusta a todas las edades; o también la tartatres chocolates, con una sutil fusión de sabores.
Además, para adaptarse a los tiempos, ofrecen tartas en formato individual o para dos personas. "Las familias ya no son tan extensas o es difícil que se junten todos sus miembros por el ritmo de vida que llevamos, así que esta opción, en pequeño formato, es muy valorada por la clientela". Estas tartas semifrías se pueden mantener en el congelador para disfrutarlas poco a poco.
¿Y qué decir de los vasitos semifríos? Con opciones como mango-maracuyá y yogur-frambuesa, los llamados "chupitos" son el capricho perfecto para un postre individual.
Fuera de esta gama, con una refrigeración menor, Confitería Capri ha preparado una singular tarta de la abuela que es un homenaje a los dulces hechos en casa, con el valor añadido de que las cremas tienen el toque maestro de su elaboración artesana en el obrador. "La presentamos en un cómodo taper, le pones la tapita, la guardas en la nevera y la puedes comer en tres o cuatro días sin problema ninguno", comenta Menchu, quien asegura que también esta original presentación es una de las razones de la gran aceptación que está teniendo esta tarta de la abuela.
Igualmente, la tarta trufa-chocolate, con bizcocho, capa de trufa y baño de chocolate con sabor a Phoskito, y la tarta de almendra fileteada con dos bases de bizcocho y crema de mantequilla, conocida cariñosamente como "la mascota", son dos opciones que rápidamente se están convirtiendo en favoritas entre grandes y pequeños.
El compromiso con la calidad en Confitería Capri significa que cada día se repone el producto, garantizando una frescura y sabor que solo una elaboración artesana en el propio obrador, con ingredientes 100% naturales, puede asegurar. "Por suerte, a mediodía ya no queda casi nada", apunta con una sonrisa Menchu.
Con una nueva modalidad de horarios desde la pandemia, que prioriza la conciliación familiar, la confitería abre de 9:00 a 14:30 todos los días y, en épocas especiales, como diciembre y Semana Santa, amplían horario para satisfacer la demanda de dulces.
Este año, excepcionalmente, Confitería Capri tiene que cerrar el domingo 11 de agosto porque tienen un evento familiar inaplazable. Menchu Collado avanza que el viernes 9 y el sábado 10 abren en horario habitual, para que las personas puedan recoger el encargo del domingo sin problema. A toda la clientela ya se le fue informando de esta circunstancia y la respuesta ha sido muy positiva.
Desde hace seis décadas, Confitería Capri es parte de la vida de los pontevedreses. Ya sea para una celebración, un regalo o simplemente un momento de disfrute, en sus vitrinas siempre hay una tarta, un semifrío o un dulce elaborado artesanalmente con amor y dedicación.