En los últimos diez años, varios colectivos ecologistas mantienen una batalla judicial con el gobierno autonómico de Castilla y León por su gestión del lobo ibérico y por sus leyes de caza. La novedad esque ASCEL (Asociación para la conservación del lobo ibérico) acaba de conseguir un hito: que se suspenda en toda Castilla y León la caza del lobo. Una suspensión cautelar de la actividad cinegética contra esta especie, mientras el Tribunal Supremo no se pronuncia sobre la legalidad de la disposición de la Junta de Castilla por la que se permite cazar hasta 143 lobos al año. El auto que dicta la suspensión cautelar de la caza y las posteriores sentencias que se deriven, podrían sentar precedente e influir en la gestión de lobo en otros territorios del noroeste peninsular, como el gallego.