Hay tantas razones y momentos para escoger la serie que da título a este artículo como maneras de disfrutarla. Una joya audiovisual del año 2010 que hay que recuperar para sacarnos de la actual carencia de imaginación en los guionistas de las múltiples series que nos deparan el sinfín de plataformas que hay en el mercado.
Treme es la vida misma, alegría, tristeza, esperanza, desesperanza. Algo que te engancha de tal manera que no puedes soltarla.
Una historia real con múltiples personajes reales, de los que te enamoras. Annie tan dulce ella, con su violín a cuestas, miradas que te marcan como LaDonna, el compromiso social de Toni, la honradez de Colson….
Todos luchando por salir adelante en una situación crítica después del paso del huracán Katrina por New Orleans, ciudad que quedó completamente inundada, viendo reducida su población a la mitad.
Y, la música, qué delicia, Jazz, blues, soul, suenan de manera continua en todas las esquinas con grupos y solistas reales interpretándose a sí mismos. Incluso una banda envuelta en una atmósfera y colorido espectacular acompaña al coche fúnebre hasta la sepultura con música triste y al regreso con música alegre. ¡Qué mejor manera de despedirse!
Una serie en la que hablan los trombones, saxos, violines, guitarras, baterías, contrabajos y un sinfín de collage humano que se esfuerzan por reconstruir sus vidas.
De cómo las personas tenemos muchas maneras de afrontar las dolorosas pérdidas. De cómo somos capaces de lo mejor y lo peor, desde la solidaridad absoluta hasta el surrealismo de las corruptelas y de la inacción política.
La capacidad de resiliencia de un pueblo que lucha por salir a flote, que quiere volver a ser y recuperar lo perdido (le suena a algo esto).
Hay héroes, villanos, corrupción, honradez por todos los poros. La vida misma, una realidad que nos inunda. Una serie distinta y a la vez muy cercana que asombra por su delicadeza y sutileza narrativa. Muy aconsejable.