Ventana indiscreta: Comunidad

09 de enero 2025

Aprender a vivir juntos, debería ser unas "asignatura obligatoria" para todos. Somos capaces de interaccionar en las redes sociales con muchas personas y, ni siquiera nos relacionamos con el vecino.

El ascensor o el portal en vez de lugares comunes, se convierten en espacios incómodos.

Las reuniones de la comunidad a las que acuden un pequeño porcentaje de los propietarios es un rincón a menudo de desencuentro, en el que sale a relucir lo peor del ser humano. Desde el orador, aquel que habla y habla sobre lo divino y lo humano; el experto que sabe de todo: electricidad, fontanería, humedades; el follonero que está en contra de todo y de todos. Un complejo paisaje humano, con situaciones puntuales difíciles de atajar, aquel que acude a la reunión con mucha deuda pendiente, sin avergonzarse, con todo el poderío que le dan las múltiples cuotas sin pagar y que se permite el lujo de exigir a los demás.

He pasado de ser el vecino más joven en el edificio que vivía hace 20 años a ser el más veterano en el que vivo ahora. Cambié más de 13 veces de domicilio en mi vida y he visto de todo, el propietario que se negó a apoyar la construcción de un acceso para minusválidos y después de algunos años se tuvo que construir para él. Otro en que la calefacción era comunitaria, unos pisos pasaban excesivo calor con el agravante de que abrían durante largo tiempo para ventilar y otros, los primeros sin planta baja pasaban frío. Proponías en las reuniones el aumento de una hora en la franja para beneficio de las viviendas bajas y, que se cerraran los radiadores mientras se ventilaba, pero algunos se ponían en negativo, alegando que ellos pagaban lo mismo que los demás y, que en su casa hacían lo que querían, ¡faltaría más!. ¡La libertad, carajo!.

Infinidad de personajes que contrastan con la gente afable y colaborativa que lo único que quiere es el bienestar y buen rollo entre todos. El principal objetivo en este año que iniciamos, como miembros de un grupo de vecinos, sería encontrar agradables reuniones dónde acudiéramos el máximo de propietarios en la búsqueda de un bien común y, a las que no diera pereza acudir. Feliz 2025