La naturaleza no perdona nunca y se rebela con destrucción ante las agresiones continuadas del hombre, ya que acaban provocando estas reacciones devastadoras del clima que hemos visto con el paso de las últimas danas, lo que debemos tener muy presente y actuar en consecuencia a partir de ahora para construir una sociedad más resiliente y estar mejor preparados ante nuevos episodios que lamentablemente se van a repetir más pronto que tarde. Tras lo sucedido recientemente en algunas comunidades de nuestro país, que han sido las más afectadas por las danas, habrá que reflexionar profundamente y extraer conclusiones definitivas que nos permitan actuar preventivamente y evitar que este tipo de episodios acaben en catástrofes. El nivel de riesgo en la sociedad actual es inaceptable, y tenemos que ser capaces de revertir esta situación. Vivir en zonas inundables te obliga a tener una percepción del riesgo, ya que antes o después vas a estar sometido a una catástrofe similar a la ocurrida ahora en la provincia de Valencia, etc.
Antes de la rehabilitación y reconstrucción de todas las zonas afectadas, lo prioritario es hacer un análisis de riesgo para tener una radiografía real de todas las zonas afectadas por la danas y a partir de ahí poder reconstruir una sociedad más resiliente y menos vulnerable, que nos permita afrontar nuevos episodios de violencia extrema de la naturaleza, ya que nadie dude que, las danas serán cada vez más frecuentes y más destructivas, como consecuencia del calentamiento del Mediterráneo y del aumento de la ocupación del territorio, sobre todo en zonas inundables, que es donde hay que poner el foco para resolver el problema.
Viviendas construidas en áreas vulnerables a inundaciones, supone un desafío urgente en la gestión de riesgos climáticos si queremos proteger a la población. Habrá que plantearse trasladar a poblaciones asentadas en zonas inundables para evitar riesgos de inundación, tendría que estar prohibido construir en zonas de riesgo. Ya va siendo hora de que la legislación urbanística y de vivienda, se adapte a esta nueva realidad climática. Desde una base ética, es preciso la suma de esfuerzos de todas las Administraciones públicas y con la colaboración activa de la sociedad civil, podamos revertir esta situación lo más pronto posible.
La crisis climática exacerba los fenómenos meteorológicos extremos y ha influido decisivamente en la formación e intensidad de las últimas danas en nuestro país. Teniendo en cuenta que este fenómeno ha sido más extremo debido al calentamiento global, urge intensificar los planes de mitigación y adaptación al cambio climático. Tenemos que estar preparados ante una nueva emergencia, que llegará más pronto que tarde.
La ciencia salva vidas, tiene que ser más escuchada para anticipar, prevenir y resolver situaciones como las ocurridas recientemente en la provincia de Valencia especialmente y en otros lugares de nuestro país. Más ciencia y menos política y nos irá mejor a todos.