Carta de recuerdo a Ramón Pérez Magdalena, "el último guarnicionero"

25 de octubre 2024

El 25 de octubre es un día muy especial en el calendario de los artesanos, ya que se celebra el día de los Santos Crispin y Crispiniano, mártires que se han convertido en los patrones de los zapateros y los artesanos del Cuero.

Este año para mi será una fecha muy especial, ya que hoy hace un semana del fallecimiento de Don Ramón Pérez Magdalena, "el último guarnicionero” de Pontevedra, al que desde hace años considero como mi Maestro y como mi padre en el Cuero. Esta triste noticia supone para quienes le conocimos algo triste y es por eso que quiero esta carta expresar lo que Don Ramón representó para mí y para muchos en Pontevedra.

Se nos ha ido un marido, un padre, un abuelo, un maestro, pero debemos ver un poco más allá, se nos ha ido el último guarnicionero que quedaba en Pontevedra, el penúltimo, su cuñado Julio se murió en el año 2007… Se murió con Don Ramón uno de los últimos artesanos de una "vieja Escuela” que al contrario de lo que se piensa sigue viva. A nivel de patrimonio cultural, de trabajo artesanal y de oficio esta ha sido una pérdida irreparable que quizás muchos no se han parado a pensar, pero un pedacito de la historia de nuestra ciudad se acaba de perder.

 

Tras el fallecimiento de mi padre en el año 2001 empecé a trabajar el cuero de manera autodidacta, en la época a la que hoy en día llamamos "puertas cerradas y fotocopias fotocopiadas”, muy pocos artesanos querían compartir sus conocimientos y se hacía difícil encontrar a alguien que quisiese transmitir ese conocimiento ancestral, y mucho menos a un chico de 21 años. Recuerdo aquel día como si fuese hoy, fui a la "Guarnicionería Mouriño” a poner un broche a una pieza que había hecho, Don Ramón la vio y me dijo en un tono coloquial "eso está mal hecho” a lo que yo respondí "estoy aprendiendo yo solo, nadie me ha enseñado a hacerlo bien”, me miró y me dijo "ven conmigo” Me abrió en aquel momento la puerta de su taller, pero me abrió la puerta de lo que yo he llegado a ser, y también de lo que puedo llegar a ser, ya que una de las premisas que me quedó muy clara de mi Maestro es que nunca voy a saber todo lo que tengo que saber sobre el Cuero. Esa actitud sigue viva en mí y la necesidad de seguir aprendiendo está presente en el día a día de mi taller.

 

Yo siempre le traté de usted con respeto pero con mucho cariño, me dirigía a él como Don Ramón, a lo que él respondía siempre de la misma manera "a min deixate de Don e dame o din” haciendo con los dedos el movimiento como quien toca un billete y esa respuesta siempre me sacaba una sonrisa. Él me enseñó a cortar con uñeta y con medialuna, a pegar, acartonar, a medir con un cordón, a usar el compás de guarnicionero, a coser a media carne, a bruñir los cantos y a coser con lezna, este último es quizás lo más importante. Cualquier artesano del cuero de hoy en día diría que enhebrar las agujas como lo hacía él no es "rentable”, pero el oficio pesaba más que el din…. El día que me enseñó a coser con la lezna (un punzón muy afilado con hoja en forma de espada con la que se hacen todos y cada uno de los agujeros de la costura de guarncionero), yo iba con mucho cuidado y lo veía a el con mucha seguridad, en un despiste la espada entró en la yema de mi dedo y por dentro llegó a la segunda falange de mi dedo, mi cara debió ser un poema y el me miró serio y me dijo muy sereno "tranquilo que por ahí che está entrando todo ó Oficio”, un poco después me dijo "tienes que tener claro que la lezna es una herramienta para trabajar el cuero a la que le gusta comer carne”… Aprendizajes de taller guiados por un Maestro. Esas frases hoy en día se repiten en mi clase y soy yo que se las dice a mis alumnos.

 

Contaba don Ramón muy orgulloso que el había empezado a trabajar en un taller de guarnicionería de Ponferrada el 23 de abril de 1946, con catorce años, a mi me parecía una eternidad, sobre todo viéndole trabajar, puntada a puntada, agujero a agujero, cada pieza era única e irrepetible y estaba hecha con mucha paciencia, cariño y respeto.

 

Escribo esta carta con mucho cariño por que me quedaron muchas cosas que decirle, aunque estoy convencido que las sabía:

"Gracias Don Ramón, por haberme abierto esa puerta, la de su taller, y por haberme abierto la puerta del Cuero en la que sigo avanzando cada día un poquito más, me debe todavía la explicación de como rebajar el grosor de una piel con un trozo de cristal, pero la próxima vez que nos veamos seguro que entre Julio y usted me lo explican y nos reímos. Si he llegado a donde estoy, y si mis alumnos viven con pasión su aprendizaje y ese cosquilleo que siento en los dedos cada vez que toco un trozo de cuero es gracias a usted, que desde hace tiempo ya no es mi Maestro, si no mi Padre en el Cuero”.

 

Probablemente quien lea esta carta no entenderá muchas cosas, pero tanto los artesanos como los ciudadanos deberíamos entender que los reconocimientos y los abrazos debemos darlos en vida, se ha muerto un marido, un padre, un abuelo, un maestro, pero también un engranaje fundamental de la sociedad de una Pontevedra en la que el collar para el perro, las riendas del caballo, reparación de la maleta o los arreos para el campo pasaron por sus manos y ayudaron a sacar adelante mucho trabajo que nos hizo crecer en el rural y la ciudad. Sin pena ni gloria paseamos por lugares en los que la gente gastó las horas de su vida para hacerle la vida más fácil, y porqué no bonita a los demás… dejemos de mirar los escaparates y miremos a las personas por que algún día se irán y no podremos abrazarlas.

Muchas Gracias don Ramón por apostar por mí, por todo lo inmaterial que me ha dado que guardo en mi cabeza y en mi corazón. Gracias por cada puntada con lezna que mantuvo vivo un oficio muchos años y que aunque yo no me puedo considerar guarnicionero me considero Artesano de Cuero.

Gracias, muchas Gracias, infinitas Gracias.

 

José Antonio Pereira Somoza / Pepe de Campolongo

Artesano de Galicia nº11599 en "Marroquinaría e Repuxado e decoración do Coiro” desde 2009

Mestre de Artesanía en Coiro da Escola Municipal de Artes e Oficios de Vigo dende 2009