Continuamos abordando los bulos, y en esta ocasión nos centraremos en aquellos relacionados con la teoría del origen gallego de Cristóbal Colón. Existen varias afirmaciones que merecen ser analizadas: una de ellas sostiene que García de la Riega obtuvo la información en una tertulia celebrada en la casa de Casto Sampedro, quien sería considerado el verdadero iniciador de esta teoría. Otra afirmación indica que el Sr. Sampedro aportó la mayoría de los documentos que respaldan dicha teoría. Estos tres puntos surgieron a raíz de un artículo de Jaime Sola publicado en Vida Gallega, que insinuaba esta conexión. Creemos que esto ocurrió sin intención, ya que Sola era un gran defensor de García de la Riega.
Veamos los hechos: García de la Riega tuvo su primera noticia sobre los documentos a través de su tío, Luis de la Riega, quien en 1892 le proporcionó un documento de aforamiento relacionado con el Monasterio de Poio, en el que figuraban Juan de Colón y Constanza de Colón. Ese mismo año, García de la Riega descubrió un documento que mencionaba a Cristóbal de Colón y María Fonterosa, hallado en un tumbo del Concello de su propiedad. La Sociedad Arqueológica fue creada unos años después de estos acontecimientos.
De la Riega trabajó en Madrid hasta su jubilación en 1900. La presentación de su teoría tuvo lugar en 1898, en la Real Sociedad Geográfica, y anteriormente había realizado un ensayo sobre La Gallega, la nave capitana de Colón, en 1887. La única ocasión en la que pudo asistir a las tertulias de Casto Sampedro fue durante los veranos, que solía pasar en su casa de Baión. Es cierto que, a partir de 1900, comenzó a participar en las tertulias de Sampedro de forma regular, aunque la teoría ya había sido expuesta primero en el ensayo sobre La Gallega y luego en la conferencia. Por otro lado, en un acta de la Sociedad Arqueológica, fechada el 28 de diciembre de 1898 y presidida por Sampedro, se menciona lo siguiente:
"El Presidente participó a la Sociedad que el día 20 había dado el socio don Celso García de la Riega una conferencia en la cual se ocupaba con elogios de todos los periódicos de Madrid, en la Sociedad Geográfica de dicha capital, sobre la patria de Colón. Que el Sr. de la Riega cree, fundado en poderosas razones, que pudo haber nacido este Cristóbal en Pontevedra. El Sr. Presidente le felicitó por telégrafo en nombre de la Sociedad".
Casto Sampedro. En la página 169 del tomo II de Documentos para la Historia de Pontevedra, dice:[…] como cree y demuestra el Sr. D. Celso García de la Riega, en su notabilísimo estudio histórico "la Gallega, nave capitana de Colón", con muy sólidos y atinados razonamientos. Precisamente acaba de comunicar a la Sociedad Arqueológica la importante noticia de que el sabio Toscanelli, con quien consultó el gran "genovés" sus proyectos, en su segunda carta, llama a Colón, "portugués"; y ya se sabe que en aquellos tiempos y desde aquellas distancias, portugués y gallego eran sinónimos".
Los bulos se combaten con datos y documentación, y por lo visto, no parece que el Sr. Sampedro haya participado en la teoría, es más, para él era genovés, al decir: con quien consultó el gran "genovés" sus proyectos, aunque genovés esté entrecomillado.
Por otro lado, en lo que respecta a la aportación documental, durante la conferencia de 1898, García de la Riega presentó un total de 16 documentos. De estos, dos fueron descubiertos por el Sr. Sampedro, Benjamín y Jacob Fonterosa, y uno por Carmelo Castiñeiras, en el que se mencionan a Domingo de Colón y Benjamín Fonterosa. Los restantes 13 documentos fueron hallados por García de la Riega, de los cuales 9 llevan el apellido Colón. Cabe destacar que los documentos descubiertos por Casto Sampedro con el apellido Colón datan a partir de 1902, lo que contribuye a descartar otro bulo basado en la documentación.
Otro bulo que circula es que Constantino Horta y Pardo fue el primero en publicar un folleto sobre la teoría gallega. Esta afirmación revela un notable desconocimiento, el verdadero pionero en la publicación de un libro sobre la teoría gallega fue Celso García de la Riega, quien publicó la conferencia de 1898 en un folleto de 47 páginas, 1899. En segundo lugar, Horta y Pardo menciona en un artículo publicado en La Rábida en septiembre de 1914 su visita a García de la Riega en 1909, un encuentro que duró más de seis horas. Durante esa reunión, García de la Riega le expuso su teoría sobre el origen gallego de Colón, de la cual Horta y Pardo obtuvo toda la información.
Estos dos bulos siguen presentes en la Casa Museo de Colón en Poio, el de Horta y Pardo y el de que la conferencia se basaba en los documentos encontrados por muchos investigadores.
Por último, se encuentra el rumor de que García de la Riega falsificó los documentos, creencia que aún mantienen algunas personas hoy en día. Son los mismos individuos que argumentan que los documentos debieron ser quemados. Sin embargo, esto es completamente falso por dos razones: en primer lugar, el IPCE demostró científicamente, a través de estudios de tinta y papel, así como mediante el uso de tecnología de infrarrojos y ultravioleta, y con la colaboración de la Policía Científica. Demostrando que los documentos no estaban falsificados, sino que habían sido avivados o recalados, de manera que lo que está escrito en la parte superior coincide con lo que hay debajo. En segundo lugar, el Congreso Internacional del Papel, celebrado en 2017 en Portugal, corroboró esta información mediante un análisis paleográfico y diplomático de los documentos.
Por otro lado, hay que aclarar que García de la Riega no fue quien recalcó los documentos; esta tarea fue realizada por otras dos personas, cuyo anonimato se mantendrá. Si desean más información sobre este asunto, pueden consultarla en la Enciclopedia Gallega, en la entrada dedicada a Cristóbal Colón. Se tiene conocimiento de esto gracias a una carta manuscrita de uno de ellos, en 1967. Estos dos individuos, vecinos de Pontevedra, optaron por cuestionar la integridad de García de la Riega en lugar de asumir su responsabilidad y ser sinceros. Su silencio provocó un grave perjuicio a la reputación, honestidad y honorabilidad de García de la Riega. También causaron un profundo disgusto a su familia y amigos, que perduró durante muchos años. Imaginen cómo debió ser para una ciudad de 18,000 habitantes en 1914, ver sufrir a la familia y amigos que conocían los documentos y sabían que no estaban falsificados.
Estos dos individuos conocieron los informes, que tachaban a García de la Riega de falsificador. El de Serrano Sanz, mayo 1914, y el de la Real Academia Gallega, febrero 1918, y la Real Academia de la Historia, 1928. Sin embargo, prefirieron callarse y ocultar la verdad, antes que defender a Celso García de la Riega. Prefirieron la infamia y que la losa de falsificador cayera durante años sobre él, antes que aclarar el asunto. A no ser que hubiera un tercero que les impidiera decir la verdad…

Asociación cultural Celso García de la Riega