Los bulos siempre han existido; no es nada nuevo. A principios del siglo XX, circularon varios bulos sobre Celso García de la Riega, algunos con motivaciones políticas y otros por mala fe. Veamos algunos ejemplos.
Comenzaremos con una carta escrita en octubre de 1906 dirigida a Manuel Martínez Murguía. El remitente, un intelectual pontevedrés, muy conocido, lo dejaremos en el anonimato.
[…] Io que V. me dice del mentecato de Don Celso no me coje de susto. Es un pobre hambriento de notoriedad à quien yo le tengo gamas. Juro á V. que ese tio á mí no se me escapa, y que tarde ó temprano hé de dar con él como en centeno verde.
Tengo una carpetita para el caso, amigo Murguía, que vale un Tesoro. Lo que no sabrán Vds. ahí es la zalagarda que armo el P. Fita en la Academia de la Historia, arremetiendo contra el Sr. Beltrán y Rózpide, íntimo de Don Celso, porque allá por su cuenta, y à espaldas de todos los Académicos, calificóGalicia antigua como obra de mérito relevante, dictaminando sobre cosas que no son de la competencia del Sr. Beltrán y poniendo en ridículo à la Academia y al mismo P. Fita que aparece vapuleado (sin nombrarlo) en el libro en cuestión. Yo sé esto por el mismo P. Fita que me lo contó en Madrid…”
Más allá de los insultos y el desprecio hacia De la Riega, lo significativo es lo que se afirma sobre la Academia y la calificación de "mérito relevante". La información proporcionada por el remitente contradice el acta del 19 de mayo de 1905 de la Real Academia de la Historia.
Presentes: Eduardo Saavedra, Fernández Duro, Fernández y González, Codera, Fita, Menéndez y Pelayo, Antonio Vives, Marqués de Ayerbe, Hinojosa, Beltrán y Rózpide…
[…] Puso a Discusión el dictamen del Sr. Vives acerca de la obra de Don Celso García de la Riega "Galicia Antigua”, hizo uso de la palabra el Sr. Saavedra manifestándose conforme con la calificación que la aprecia de "mérito relevante”.Objetó, sin embargo, que convendría dejar á salvo la opinión de la Academia en las cuestiones oscuras y discutibles que se refieren á los tiempos primitivos. Admitió el Sr. Vives la observación y en consecuencia se acordó devolverle el informe para modificarlo en este concepto aprobándolo en todo lo demás.
Al consultar a la Real Academia de la Historia, cuál era el significado "interés nacional de méritorelevante”, la respuesta fue: "La Academia quiso poner de relieve el carácter, sobresaliente a su juicio, de la obra de Celso García de la Riega. Y en cuanto a trascendencia de la declaración a efectos prácticos, ninguna, salvo que la obra fuera presentada a algún premio en el que el juicio favorable (y en este caso mucho más que favorable) de la Real Academia de la Historia fuera decisivo para conseguirlo”.
Siguiente bulo: Se decía que Celso García de la Riega era partidario de que los griegos eran el origen del pueblo gallego, nada más lejos de la realidad. En Galicia Antigua, se habla del origen del pueblo gallego. En palabras del propio De la Riega: […] me parece muy fantástica la teoría de que la población antigua de Galicia era de raza celta, pues creo que carece de fundamentos sólidos. Los escritores clásicos, griegos y romanos, solo señalan en Galicia unas cuantas tribus célticas, no de celtas, que es una cosa diversa. Sabios filólogos como Humboldt, d´Arbois de Joubainville y otros, afirman que la toponimia gallega es principalmente vasco-ibérica y no céltica. Es decir, él era partidario de que el origen gallego estaba en los iberos-vascos. Lo que sí mantenía De la Riega, era que había palabras y toponimia que tenían su origen en el griego, por ejemplo, Tolo.
Manuel Rabanal, catedrático de griego en la Universidad de Santiago, llamaba la atención (en su obra Hablas hispánicas: temas gallegos y leoneses, Madrid: Ediciones Alcalá, 1967) (pág. 82), para la ya vieja propuesta etimológica de D. Celso:
"Sentimos gran satisfacción al tener que aclarar al gran filólogo señor Meyer que entre las etimologías que se le venían atribuyendo a tolo había una que se le ha quedado en el tintero. Esta etimologíamás, que ni siquiera ha merecido los honores de la cita, se debía al desafortunado pontevedrés –o a sus fuentes– don Celso García de la Riega, quien a la venerable distancia de su Galicia Antigua tuvo la «osadía» de asegurar que tolo y toleiro derivaban, respectivamente de los vocablos griegos tholós, tholerós, descubriendo casi genialmente lo que tantos años después –con mucho aparato crítico y mucha lingüística comparada– el filólogo Harri Meyer, germano afincado en Portugal, volvió a «descubrir»”.
Otro bulo: Se acusó a De la Riega de oponerse a la existencia de la Real Academia Gallega, acusación totalmente infundada. Su renuncia a ser socio numerario de la RAG se debió a motivos objetivos y democráticos. En un artículo en el Diario de Pontevedra, 31 octubre 1905. Explica a su amigo "C”, intuimos Casto Sampedro, los motivos de su renuncia:
En verdad que debiera envanecerme dicho nombramiento, inesperada distinciónque me colocaría inmerecidamente en la primera fila de los intelectuales gallegos […] El nombramiento ha llegado a mis manos sin previa consulta, sin conocimiento de antecedentes, sin explicación de ninguna clase, sin noticia ninguna acerca de la creación y fines de la Academia, de la forma en que se han realizado los nombramientos y de los poderes o autoridad que los ha hecho […] Lo natural sería empezar por hacer un programa preciso del procedimiento y por excitar a los científicos y literatos de las provincias gallegas a que se reuniesen parcialmente y nombrasen por sí mismos cuatro, ocho o doce académicos de número y estos ampliasen luego la lista de individuos de la corporación, redactase un proyecto de reglamento y reservasen para la academia la aprobación de ese proyecto, la elección de su Junta de Gobierno, la designación del domicilio de la sociedad y el nombre y el nombramiento de académicos de honor, de mérito, correspondientes, adjuntos, etc. […]
Parece claro que De la Riega, sí quería una Real Academia Gallega, pero más democrática, organizada y funcional.
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