Rayos X
Fueron descubiertos en el año 1895 por Roentgen, son ondas electromagnéticas iguales a la luz pero de mejor longitud de onda, con gran poder de penetración.
Se obtienen bombardeando una sustancia con electrones o con partículas que se mueven a gran velocidad.
Al chocar las partículas con la sustancia pierden parte de su energía y ésta se disipa en forma de Rayos X.
El Radar (Radio detection and randing)
Este aparato sirve para determinar la posición en el espacio de un obstáculo fijo o móvil mediante la reflexión en él de ondas de radio.
Su nombre se debe a la abreviatura de las palabras inglesas mencionadas al principio, dichas palabras se pueden traducir como “detección y medida de la distancia por medio de ondas radioeléctricas”.
El principio del radar se basa en el fenómeno del eco, cuando se emite un breve sonido delante de determinados obstáculos, situados a cierta distancia (un muro o una pared) el sonido llega a nuestros oídos al reflejarse la onda sonora en el obstáculo, lo mismo que lo haría un rayo de luz en un espejo.
Si sustituimos las ondas sonoras por las electromagnéticas tendremos el principio del radar. ¡Cuidado conductores!.
El Robot
Hoy en día se emplea esta palabra con mucha frecuencia, ya que los hay: de cocina, de limpieza y de diferentes usos y formas.
La palabra se deriva de una voz checoslovaca ROBOTA creada por el escritor Kareal Capec en 1920, para designar “un aparato que realiza un trabajo que sólo es propio del hombre (de la mujer también).
La mayoría de los robots son máquinas que nos acompañan a diario así; los semáforos, las escaleras mecánicas, el termostato de la nevera y también la plancha eléctrica (las de carbón quedan en el recuerdo).
Otros, sin embargo, tienen apariencias de personas o animales, cada vez más sofisticados y realizan importantes tareas, aunque al decir la palabra robot nos venga al pensamiento la Guerra de las Galaxias ¿o no?.
El silbato del árbitro de fútbol
En el año 1883, hubo un árbitro que no era capaz de hacerse oír por los jugadores que disputaban un partido, el ruido que hacían los espectadores era ensordecedor y se le ocurrió el siguiente procedimiento. Sonó el silbato y como si los jugadores fueran verdaderos autómatas, se pararon asombrados dirigiendo sus miradas al árbitro ¿qué pasa? se preguntaban.
En aquel momento el árbitro, ante el silencio, les comunicó que uno de los jugadores había cometido una falta, ante la eficacia del procedimiento fue adoptado el silbato, para llamar al orden, por todos los demás árbitro.
Esto ocurrió en Nueva Zelanda y el árbitro se llamaba M.H. Attack.
La letra de cambio
En sus orígenes la letra de cambio tenía una función distinta, fue en la Edad Media cuando se usó en transacciones comerciales, eran un compromiso de pago en una fecha determinada.
Las manejaban entre los banqueros y los comerciantes, alcanzó tal desarrollo debido a que con ella se podía pasar sin pagar los intereses, práctica que estaba prohibida por la iglesia católica.
La primera letra de cambio en España se firmó en Medina del Campo.
También contribuyó a transportar el dinero, que era muy peligroso transportarlo de una ciudad a otra y sobre todo de feria en feria.
Esta función no ha desaparecido completamente (¡cuidado con firmar!) aunque ya tenemos otros procedimientos.