Recuperemos la globalización humana

26 de enero 2013
Actualizada: 18 de junio 2024

Que vivimos en un mundo globalizado lo sabemos todos. Por desgracia ahí tenemos como ejemplo la crisis económica que en sus orígenes nos llegó de Estados Unidos y que ha decidido quedarse para poner en evidencia las vergüenzas de un país gobernado por chorizos, sin estado definido y con un futuro bastante negro. Pero la globalización no es sólo economía como nos quieren hacer ver.

Hay una globalización humana que ha movido el mundo desde el origen de los tiempos. Un ejemplo ilustrativo lo tenemos estos días en una pequeña aldea de Campolameiro. Hasta ella acaban de llegar las misivas del gobierno cubano para interesarse por uno de sus vecinos, fallecido durante la Guerra Civil española.

Los hermanos Castro quieren conocer, con todo detalle, los orígenes de los hermanos Ameijeiras: siete hermanos que no dudaron en apoyar y, en algún caso dar la vida, por la Revolución Cubana. Como premio, el régimen castrista ha puesto su nombre al mejor hospital de la isla, todo un referente, para muchos, de la famosa asistencia sanitaria cubana. La historia de los 7 hermanos Ameijeiras es bien conocida en Cuba. De hecho en cualquier página web del régimen se destaca su trabajo en pro de la revolución, al lado de Fidel Castro. Alguno de ellos tuvo incluso el honor de acompañar al Comandante en su entrada triunfal a la Habana. Varios murieron sin embargo durante el conflicto armado, a manos del gobierno de Fulgencio Batista, y no pudieron ver como su sueño comunista se hacía realidad en Cuba. Pero esta historia tiene un contrapunto humano que nos lleva hasta la aldea de Chacente, en Campolameiro. Allí nació el padre de todos estos revolucionarios. Se llamaba Manuel Ameijeiras y, como tantos, a comienzos del siglo XX se fue de su tierra escapando de la miseria y del hambre. Llegó a Cuba y allí se casó con María de los Angeles Delgado, una isleña con la que llegó a tener 11 hijos, si bien sólo sobrevivieron 7.

La familia vivía en Puerto Padre, una villa situada en la parte oriental de la Isla. Y desde allí regresó Manuel a España para luchar en la Guerra Civil, en unas circunstancias que aún se desconocen. Lo que sí se sabe es que el patriarca murió en la contienda y que sus hijos mayores fueron los que tuvieron que sacar adelante a toda la prole. Con los años, se alinearon con los grupos revolucionarios contra el régimen y terminaron siendo colaboradores estrechos de Fidel Castro.
Y por estas paradojas de la vida, el mejor hospital de Cuba se llama Hermanos Ameijeiras, un nombre procedente de la aldea de Chacente, en Campolameiro.

Precisamente en este municipio tenemos también otro ejemplo de globalización humana, también llamado históricamente emigración. En Campolameiro nació otra insigne figura de las Américas: Pedro Antonio Cerviño. Salió de este concello hacia 1774 con destino a Argentina. Allí inició sus estudios militares y científicos, convirtiéndose en todo un héroe nacional.

Entre sus méritos destaca su actuación al frente del Tercio de Gallegos, en la recuperación de la ciudad de Buenos Aires que los ingleses habían arrebatado a España. Curiosamente, años más tarde, también fue uno de los impulsores de la independencia de Argentina contra los españoles. Fue además el primer director de la Escuela Nacional de Náutica de Buenos Aires, y director de la Academia Nacional de Matemáticas.
Su legado sigue vivo en las dos orillas del Atlántico. Tanto en Buenos Aires como en Campolameiro, Pedro Antonio Cerviño da nombre a dos centros escolares. Pero además, sus vecinos han decidido recordarlo con un monumento en piedra levantado en su honor.

Igual la historia le depara algo parecido a Manuel Ameijeiras, el humilde vecino de Chacente que murió como tantos en la Guerra Civil española, pero que dejó en Cuba siete hijos revolucionarios; y cuya historia quiere conocer ahora el propio Fidel.

Ambos son ejemplos de una globalización más personal; de la intrahistoria que decía Miguel de Unamuno, cuando el mundo se explicaba más por la vida diaria de las personas anónimas que por las especulaciones financieras. Mientras esto no cambie, así nos irá.

26.01.2013