¿Qué tendrá ser presidente del Pontevedra?

27 de mayo 2013

Mauricio Rodríguez está estirando al máximo su etapa como presidente granate, hasta el punto de que todo hace indicar que se pasará de largo, es decir, que una vez superada la fecha del 30 de junio, la que marca el final oficial de la temporada, continuará ejerciendo como máximo responsable de la entidad. Si fuera el caso, que parece que será, estaríamos ante algo tan grave como faltar a la palabra. Quizás las circunstancias obligan a algún cambio de postura, pero lo lógico es que hubiera salido a la luz pública a explicar los motivos, no esperar hasta el último segundo o simplemente echarle cara al asunto y seguir adelante como si lo dicho anteriormente careciera de importancia o se hubiera perdido en el rincón del olvido de la mente de los aficionados.

La realidad es que Mauricio quiere seguir a cualquier precio. Da igual que sea de presidente o de consejero, es más, algunas informaciones apuntan a que acecha la plaza de director general. No sabemos si cobrando del club, lo que sería una auténtica aberración, u obteniendo alguna otra contrapartida que le ofrezca algún beneficio a esta dedicación.

El problema vendría a la hora de nombrar presidente, pues en ese caso estaría obligado el paso adelante de Lupe Murillo. En definitiva, tendríamos nuevo máximo mandatario y un ejecutivo que llevara el trabajo del día a día. Para entendernos, lo mismo que ha venido sucediendo en estos dos últimos ejercicios, en los que Rodríguez hacía de gerente y Murillo cortaba el bacalao. Sólo haría falta cambiar los cartelitos de los despachos, donde pone presidente que diga director general y en el de asesora que pase a poner presidenta. Una chapucilla que apenas costará unos míseros euros, más aún si se hace con folio y bolígrafo. Queda cutre, lo sé.

En la trinchera de enfrente se encuentra Alberto Argibay esperando el momento de asaltar la muralla granate. El entrenador pontevedrés está dispuesto a negociar una rendición, pero desde dentro no parecen dispuestos a claudicar. Por tanto, la paz final o la guerra a muerte por la poltrona están todavía en el aire. Todo depende de con quién se alineen las tropas más poderosas, especialmente los ejércitos de Nino Mirón y Mombús.

Murillo quiere creer que la amistad que le une con Mirón, las cuentas pendientes, los secretos compartidos, etc, son suficientes motivos para contar con el apoyo del mayor accionista, aunque recela, porque aquí nos conocemos todos y sabemos de qué pié cojea cada pájaro.

Argibay está seguro de que tendrá el respaldo de Mirón, posiblemente con la dosis de cautela necesaria por si al final le sale rana. Asimismo, espera llevarse a la empresa de transportes a su bando. El constructor, me cuentan algunos testigos presenciales, cuenta que apoyará a su ex técnico. Entendemos también que la contrapartida será tener algún tipo de control desde la sombra.

No parece que el desenlace se produzca pronto, pero es posible que en los próximos días, si es que no se produjo ya y todavía no nos enteramos, habrá una reunión para darle forma al plan de asalto entre los tres citados. Está claro que si Argibay logra estos dos apoyos, tendrá casi todas las papeletas para derribar las murallas y hacerse con el control del club.

Mientras tanto, continúan las desavenencias en el actual Consejo de Administración. Evaristo Portela, que defiende los intereses de Nino Mirón, sigue ninguneado por el resto, lo que hace más creíble que el ex presidente opte por la única alternativa que se conoce a Mauricio. No nos engañemos, nunca le cayó bien Rodríguez, pero eso no es extraño, le pasa a la inmensa mayoría de los aficionados granates.

Por cierto, si le quedaba alguien por convertirse en enemigo, pues ya suma a su larga lista al Compostela. Con el poco tacto que caracteriza al presidente y al mánager deportivo, le están dando bombo y platillo, incluso públicamente, a las negociaciones con Fredi para que ocupe el banquillo pontevedrés la venidera campaña. Hay que tener muy poca vergüenza para estar mareando al responsable de un equipo que se está jugando el ascenso de categoría. Si pasa al revés, están sacando los aviones y los tanques a la calle y marchando hacia Santiago para bombardear San Lázaro.

Bueno, no podemos esperar mucho del personaje. De donde no hay no se puede sacar. Eso sí, lo increíble del ser humano es que individuos tan torpes para unas cosas, luego son verdaderas águilas a la hora de hacer otras, por ejemplo en el tema de contratos. En un Pontevedra destrozado económicamente y en el que los jugadores cobran cantidades muy pequeñas, al dirigente y al mánager les va de maravilla, como antes de la crisis o mejor. Y aquellos que en esta mala época que nos toca vivir se manejan con tanta solvencia, merecen al menos que les aplaudamos, aunque a la vez nos hagan sentir imbéciles.

El contrato de Milo está a la espera de la firma, según nos hace saber día tras día en sus ruedas de prensa o entrevistas el propio técnico. Si se fijan habla como dando por hecho que será el director deportivo las próximas dos temporadas. Desde el club no confirman ni desmienten, aunque ese silencio nos podría dar a entender que quien calla, otorga. No obstante, alguna filtración nos hace saber que quedan unos flecos, especialmente en el apartado económico. No se quiere gastar más que este año, por lo tanto el dinero que hasta ahora se llevaba Milo tendría que repartirlo con el próximo entrenador.

No parece probable que se trunque el plan, si bien, alguno está tanteando el mercado por si acaso hay sorpresas de última hora. Con las cosas de comer no se juega. ¿Se imaginan a Milo entrenando en el extranjero?. Cuesta visualizarlo, pero hagan un esfuerzo. En las ruedas de prensa y con traductor podría llegar a ser un espectáculo casi a la altura de los de Mourinho, sin tanta mala leche y más al estilo Lotina de echarse la culpa de que el equipo pierda.

En cuanto a la ampliación de capital, tras anunciar a bombo y platillo que había colas, zancadillas y hasta disparos para hacerse con las acciones a la venta, resulta que tienen que dedicarse a ir puerta por puerta, o teléfono por teléfono, tratando de vender el producto a los antiguos accionistas. Y por si fuera poco y para que Mauricio siga ejercitando su vena cinematográfica, como una mala imitación de Don Vito Corleone, quiere obligar a los jugadores a comprar títulos, no de Liga, Copa o Champions, de los que te hacen propietario del Pontevedra. Señor Rodríguez, primero pague las nóminas como es su obligación y luego, con educación y modales, pida por favor si pueden colaborar con la entidad.

Me dijeron que Mauricio era un filón informativo para los periodistas, además sin explotar porque la mayoría callan sus andanzas y desventuras, pero nunca pensé que diera para tanto. Cuando aburrido del tema me propongo escribir otras cosas sobre nuestro club, me veo en la obligación de continuar con Rodríguez y Cía. No hay semana que no ofrezcan asuntos relevantes de los que informar u opinar. Además si hay escasez, el mandatario se encarga de arreglarlo pisando algún charco.

En fin, sentémonos plácidamente, con refresco de cola y palomitas, viendo como se "matan, traicionan y despellejan" por una poltrona que arruina vidas y de la que todos sus inquilinos se quejan, pero de la que no hay forma de echarles ni con agua hirviendo. ¿Qué tendrá ser presidente del Pontevedra?. Yo me voy a morir sin saberlo. No es cobardía, simplemente no quiero acabar como la mayoría de los que pasaron por el cargo, siendo una caricatura de si mismos.

27.05.2013