Los ciudadanos de Pontevedra, como los de todos los municipios de España, estamos llamados este mes de Mayo a comparecer en las urnas a validar o cuestionar las políticas municipales realizadas en los últimos cuatro años por nuestros respectivos gobiernos. Ha llegado el momento de poner sobre la mesa si queremos seguir en la misma línea de los últimos cuatro años, o si consideramos que las cosas deben cambiar, y evidentemente, cuando alguien busca un cambio piensa en que este sea para mejorar lo presente.
Afirmar de quien ha estado 24 años al frente de un gobierno municipal que no es un buen gestor es tanto como expresar que los ciudadanos de esta ciudad y sus parroquias se han equivocado durante seis elecciones consecutivas o despreciar el valor de la voluntad popular, y no es el caso. Si el BNG, con Miguel Anxo Fernandez Lores a la cabeza ha ganado claramente las elecciones durante este periodo de tiempo es, no solo porque ha hecho muchas cosas bien, sino, sobre todo, porque lo ha hecho con la aprobación mayoritaria de la población de nuestro Concello, y esto es justo reconocerlo.
Con independencia de las diferencias de todo tipo que podamos tener, hay que reconocer que el BNG de Pontevedra, pero sobre todo, la personalidad incuestionable de Miguel Anxo Fernandez Lores ha sabido durante todo este periodo dar con la tecla asumida y admitida por los ciudadanos fundamentalmente a través del autodenominado "modelo de cidade".
Pero los años no pasan en balde, ni siquiera para los dioses, y el BNG no está asumiendo, ni Miguel Anxo Fernandez Lores, el paso de los años, de los mandatos, el desgaste de tantos años de gobierno y sobre todo aquello que en muchas ocasiones ha sido muy bien calificado como la erótica del poder, la situación en la que uno se considera el epicentro del poder con capacidad y facultad para el ordeno y mando, el gusto por mandar pensando que su opinión es la cierta.
En los últimos años han sido varios los episodios en los que las decisiones desde el gobierno municipal, y fundamentalmente desde la parte "bloqueira" de dicho gobierno, se han desarollado al margen e incluso en contra de los intereses de los directamente afectados, e incluso, cuando estos han evidenciado su disconformidad con las medidas adoptadas, se ha apelado a aquello de que "yo represento a la mayoría de los ciudadanos y por ello yo soy la mayoría". Esta forma de hacer política ha tenido su colofón en esta semana en la indiferencia del gobierno municipal al respecto de las carencias puestas sobre la mesa de los vecinos de Pontemuiños en la Parroquia de Lourizán, pero antes lo ha sido con los vecinos de Monte Porreiro y con los de la Avenida de Reina Victoria, O Burgo, San Roque, entre otros. El BNG de los últimos cuatro años ha dado muestras de indiferencia ante las legítimas pretensiones de policías locales, bomberos, y otros trabajadores municipales. Se critica por ideología la privatización de servicios públicos de aquellos que no son competencia municipal, mientras prolifera la externalización de servicios públicos y la privatización de los municipales con licitaciones millonarias a empresas privadas en un alarde de estipendio de los recursos municipales, mientras la calidad de dichos servicios no va a mejor, sino al contrario.
Mas preocupante es la técnica "corleoniana" ( propia de Don Corleone) de generar voluntad popular a partir de los amiguetes. Así lo han vivido distintos colectivos de nuestra ciudad con proyectos de reformas en la ciudad apoyadas por los cinco seis amiguetes de la zona para hacernos creer que en ellos radica la voluntad popular.
Pero lo que es verdaderamente preocupante es la propia incapacidad del sector bloqueiro del gobierno municipal para su propia regeneración, su propia renovación, sin personas nuevas, sin ideas nuevas, tan solo para la inclusión de todos aquellos dispuestos a seguir los dictámenes del régimen entre los que destacan una tan irrelevante como nociva Federación de Asociaciones de Vecinos Castelao, el paradigma del seguidismo al mas puro estilo Kim Yong Un, a quien como premio de su seguidismo intelectual se le premia con los activos de uno de los rincones mas potencialmente interesantes de la ciudad, la Plaza de la Libertad sin que se le conozca ni el mérito, ni la capacidad para desarrollar en dicho espacio algo que redunde en beneficio de los ciudadanos.
Hay, pues, otras formas de hacer política manteniendo una trayectoria que no tiene porque cambiar en lo esencial el autoaclamado "modelo de cidade", pero sí generando un relevo no solo generacional sino en las formas de hacer la política y sobre todo fomentando la participación de los ciudadanos en la acción política, en la toma de decisiones y el BNG no da muestras de estar por la labor.
Este mes de Mayo Pontevedra debe elegir si quiere seguir el camino de una ciudad camino de la despoblación, de la emigración de sus mejores talentos, de sus jóvenes incapaces de obtener un empleo acorde con su formación porque su modelo de ciudad solo permite la ocupación en la hostelería y en la farándula. Es el momento de poner sobre la mesa otras políticas mas allá del corto plazo, de atraer inversiones de otras administraciones públicas en materia de infraestructuras y de volver a convertir esta ciudad en la cabecera de comarca que nunca debió de dejar de ser, y cuya posición está perdiendo a pasos agigantados.
Hay otra forma de hacer política, y para mejor, sin duda.