Políticamente incorrecto: La muerte ronda Pontevedra

05 de noviembre 2012
Actualizada: 18 de junio 2024

Está claro que la muerte sigue siendo de los pocos negocios que plantan cara a la crisis. Ahí están los cuatro proyectos presentados en el Concello para construir otros tantos tanatorios-crematorios en la capital. Ni uno; ni dos; ni tres. Son cuatro. Y además aspiran a levantarse en lugares estratégicos del casco urbano, en medio de las casas, e incluso con vistas al Lérez.

Alguno casi podría ser un tanatorio turístico, en pleno casco histórico, y aprovechar los velatorios para hacer excursiones en el tren y explicar a los interesados lo que se mueve alrededor de la muerte, que no es poco por lo que se ve.

Y mientras los vecinos se agrupan, recogen firmas y se movilizan, los políticos se enzarzan en la habitual demagogia culpándose unos a otros. Y las funerarias dicen extrañarse de la oposición vecinal porque, según ellas, se trata de instalaciones inocuas, sin impacto alguno en el entorno. Debe ser que los humos de las incineraciones de cadáveres son algo bueno para el medio ambiente, que purifican y limpian la contaminación de la atmósfera. Algo así como un antídoto contra el cambio climático o los olores de Ence. Debe ser que los sucesivos velatorios que se celebrarán en ellos no afectarán a las viviendas que estarán a su alrededor, porque ¿a quién le importa el dolor y el recogimiento de los familiares?

Lo que más me sorprende sin embargo no es el interés de las funerarias por construir sus "nichos" de negocio en lugares estratégicos de la ciudad; lo que más me sorprende es que haya leyes que lo permitan. ¿Cómo es posible que ni el Ayuntamiento ni la Xunta de Galicia tengan normas estrictas para este tipo de instalaciones?. La primera de ellas, tendría que ser sin duda la distancia de las viviendas.

Yo soy de los que preferiría vivir al lado de un cementerio antes que cerca de un tanatorio. Los muertos no me impedirían hacer una vida normal en mi casa; pero un tanatorio sí me impediría, sobre todo por respeto, hacer fiestas o poner música alta mientras a pocos metros los familiares lloran a sus seres queridos. Y eso sucederá casi todos los días del año porque la gente tiene la fea costumbre de morirse en cualquier día, da lo mismo que sea por la Peregrina como por Navidad o en Carnaval.

No se trata de poner los tanatorios en medio del monte, y de ocultar la muerte como si no existiese. Se trata de buscar los lugares adecuados para
esas instalaciones.
Igual que en teoría existe para las industrias, las discotecas, las instalaciones deportivas o una iglesia. Y eso no lo pueden decidir las funerarias, únicamente comprando un terreno. Eso lo tienen que decidir las administraciones.

No vale todo en cualquier sitio. Y sobre todo, no vale que los inocentes ciudadanos tengan que soportar los perjuicios generados por negocios privados que sólo buscan la "pela", con la complicidad de las administraciones. En este caso, está claro que tanto el Ayuntamiento como la Xunta, deberán tomar medidas ¡ya!, para evitar un conflicto social en Pontevedra.

Basta con aplicar el sentido común para ver que no se pueden levantar tanatorios-crematorios en medio de las casas o en pleno casco histórico. A partir de ahí, que los políticos muevan el culo para evitarlo; a no ser que se consideren proyectos estratégicos en plena crisis para potenciar la economía
de la ciudad.

A lo mejor, alguien está pensando en convertir a Pontevedra en una especie de ciudad mortuoria, con los últimos avances en incineradoras, velatorios y entierros. Algo así como La ciudad de las Artes y las Ciencias, o Euro Disney, pero en lo mortuorio. Si no es así, es difícil de entender esta euforia repentina de hornos crematorios y tanatorios para una capital de 82.000 habitantes, con una población de la mas joven de Galicia; y cuando prácticamente todos los ayuntamientos de la provincia tienen ya sus propias instalaciones mortuorias.

Supongo que las funerarias habrán hecho sus estudios de viabilidad. Y eso es aún más alarmante porque, si de verdad va a haber tanto muerto para tanto tanatorio-crematorio, entonces tendremos que empezar a preocuparnos ya.

¡Que los dioses nos cojan confesados!

 

5.11.2012