Poder de decisión

20 de julio 2023
Actualizada: 18 de junio 2024

En estos momentos de tumbona, sombrilla y chiringuito, en los que el arte de la política nacional y sus políticos no atraviesan una buena etapa, demasiados tomas y dacas aliñados de dimes y diretes, con semanas a treinta grados y domingos nublados; al Presidente Sánchez le ha venido bien convocarnos para unas elecciones

En estos momentos de tumbona, sombrilla y chiringuito, en los que el arte de la política nacional y sus políticos no atraviesan una buena etapa, demasiados tomas y dacas aliñados de dimes y diretes, con semanas a treinta grados y domingos nublados; al Presidente Sánchez le ha venido bien convocarnos para unas elecciones.

Los españoles, tan valientes e insensatos, llevamos varias semanas de sobrecarga informativa, falsa verdad y de lo que muchos sabemos que va a pasar el domingo. Otro clavo más en el ataúd de nuestra monarquía parlamentaria.

Desde que empezó la campaña electoral se ha puesto el foco en los pactos, llevándonos, otra vez, a ser un país de extremos y la diferencia entre la opinión pública y la publicada es que, al final, siempre se acaba votando mayoritariamente al rechazo de la coalición opuesta. Los partidos grandes se hacen eco siempre de "elvoto útil", recurso utilizado cuando no se tienen ideas, discurso o programa; pero sí estrategias de marketing, es el mismo recurso que las palabras responsabilidad y sostenibilidad que quedan bien en todas las oraciones que utilizan en sus mítines.

Miren, la utilidad del voto es un concepto un tanto difuso. El método D'Hondt, es cierto que beneficia a los partidos mayoritarios, pero también deja espacio a la pluralidad, al menos, en las circunscripciones en las que se reparten más escaños. En este nuevo escenario político, los partidos tienen que pactar y negociar para poder gobernar, y el único voto útil en este país es el que se deposita en la urna de manera libre. Lo que el votante tiene que decidir realmente, es quién va a defender mejor los intereses de su provincia en Madrid.

Y dentro de toda esta teatralidad, nos encontramos con la cruda realidad que es -votar en contra de-. En parte, por culpa de que ningún candidato nos ha ilusionado. Una pena, porque las generaciones futuras lo que merecen es más voto a favor y algo menos de voto por miedo o con la nariz tapada. Y este Gobierno, que ha construido la verdad oficial sobre mentiras permanentes, podrá cambiar de opinión, pero tú, una vez deposites el voto el domingo, ya no podrás cambiarlo.