Dicen que de las experiencias negativas y de los fracasos surgen las oportunidades para aprender y crecer como personas. En la sede de Pontevedra Alternativa, durante la noche electoral, nos responsabilizamos del fracaso al no conseguir representación en la Corporación municipal.
Somos novatos hasta en la lectura de los datos. Lo cierto, es que era nuestra primera vez en todo: en el diseño de carteles, en el montaje de carpas, en los discursos y en los mítines. También era nuestra primera vez planificando un proyecto ilusionante para la ciudad, con el que intentamos llegar al electorado pegando carteles e incluso conduciendo un seiscientos. Somos tan inocentes que hasta nos caían bien nuestros rivales políticos, porque los veíamos como lo que son, vecinos valientes que han decidido dar el paso y aportar ideas para mejorar nuestra ciudad.
La verdad, es que hemos conseguido que casi mil personas crean en nuestro proyecto, y ha sido un reto titánico. Hay tanta falsedad en la política que, cuando encuentras un partido que sí merece la pena, cuesta creer que sea diferente.
Pontevedra Alternativa es la quinta fuerza municipal sin el apoyo de siglas nacionales, pero sí siendo un equipo humano de vecinos de distintas ideologías que decidieron priorizar el bien común de su ciudad y de la sociedad. Una ciudad que ha votado a Domínguez para que gobierne Lores en coalición con Puentes. Esto nos compromete a que dentro de cuatro años, podamos crecer como partido, maduremos como proyecto y sigamos avanzando para consolidar esta alternativa localista que Pontevedra necesita.
La realidad, pase lo que pase, será que, algún día, unos nietos escucharan una bonita historia sobre unos abuelos que, cuando no les gustaba como se estaban haciendo las cosas, se juntaron bajo las siglas de POAL para presentarse a la Alcaldía porque cariño, aprecio y respeto a Pontevedra, no les faltaba.
Carlos Fontán, Portavoz de Pontevedra Alternativa