Me llegó por correo una carta de un pequeño amigo, que vive en una aldeíta de nuestra Galicia.
Pepiño tiene siete primaveras; de pelo rizado de oro, ojos de cielo, cuerpo en armonía, pero nació con cojera en la pierna izquierda.
Camina todos los días 4 kilómetros para ir a la escuela; es muy valiente y pasa de las risas de los otros niños: "Aí ven o coxo". Tiene una mente muy reflexiva y le encanta todo sobre la naturaleza, de lo que acontece en su entorno.
Transcribo su carta.
"Amigo Rey Baltasar. ¿Sabrás quién soy! Tu amigo Pepiño, el Cojo.
Tengo muchas cosas que contarte…, pero tú, como eres sabio y lleno de magia, ya las conoces.
¡Verás! Hay algunos que no os quieren, porque sois reyes. Prefieren los renos, el apalpador y otras personas que no están en "los sueños de los niños".
Pero en Valencia os admiran y desean que los visites siempre que podáis.
¿Sabes lo que ocurrió? Unas grandes lluvias rompieron casas, puentes y mataron a muchas personas. ¡Qué tristeza, qué pena!
Los niños quedaron sin escuelas, sin lugares para jugar; algunos los llevó las aguas alocadas. Allí hay mucha tristeza, mucha pobreza.
Pero a pesar de todo, os quieren. Este año te pido un solo regalo, que me hará muy feliz: ¡Qué tu magia y la de Melchor y Gaspar, ayudéis a todas las personas que están en pobreza!, ¡Qué todos los niños sean muy felices con vuestros regalos! ¡No te olvides de los niños de Valencia y de sus familiares!
Baltasar no te olvides de ellos. ¿Sabes? Este trimestre aprobé todo y con buenas notas.
Mi abuelo se fue al cielo.., lo echo de menos. Pero sueño con él y contigo. Te veo montado en tu camello, dejando regalos a los niños de todos los pueblos.
Un beso muy grande, de tu amigo Pepiño."
La carta estaba escrita sin comas, puntos y alguna falta ortográfica. He plasmado sus sentimientos rigurosamente, ya que su mensaje es de sencillez y de gran profundidad.
Pepiño recibirá un buen regalo: El cariño que se merece y lo que más ilusión le hace: "Una bici con tres ruedas".
¡Felices Reyes y qué la cuesta de enero sea suave!
Pedro de Lorenzo y Macías.