Pañuelos de papel

09 de abril 2025

Dos empresas, Kotex primero y Kleenex después, despuntaron en la fabricación de los nuevos pañuelos. Aún hoy los pañuelos de papel suelen denominarse con el nombre de la segunda marca mencionada.

Voy a escribir un artículo, me dije, que explique por qué los pañuelos de tela han sido sustituidos por los pañuelos de papel. Y lo haría, si no fuese un asunto tan de sentido común que no necesita explicación, tan solo estar despierto y con el cerebro encendido. A nadie se le escapa que los pañuelos de tela acumulaban gérmenes y bacterias durante días, por no hablar de la contaminación con todo tipo de objetos que uno llevase en el bolsillo: monedas, llaves, una mandarina...

Durante la I Guerra Mundial (1914-1919) surgió la necesidad de encontrar un material que sustituyese al algodón, usado en las máscaras anti-gas, ya que este tenía mucha demanda en la industria del vestido. Asimismo, este nuevo material de nombre "cellucotton" serviría como toallita desechable para el cuidado de los heridos.

Dos empresas, Kotex primero y Kleenex después, despuntaron en la fabricación de los nuevos pañuelos. Aún hoy los pañuelos de papel suelen denominarse con el nombre de la segunda marca mencionada.

A nuestro país llegaron bastante más adelante. Lo sé porque recuerdo perfectamente que de críos todos usábamos pañuelos de tela. Los que teníamos problemas respiratorios: asma, rinitis alérgica, resfriados permanentes, catarros recalcitrantes, gripes pertinaces, no salíamos de casa sin un pañuelo bien doblado en el bolsillo. Funcionaba también como una especie de amuleto que garantizaba que ibas a estar protegido y que todo iba a salir bien. Aunque, evidentemente, lo que tenía que salir mal solía salir peor y en el bolsillo guardabas un nido de microbios que causaba el espanto de los circundantes cuando no te quedaba más remedio que usarlo una vez más.

Y sostengo la teoría, que no se sostiene mucho todo sea dicho, de que el uso de pantalones por parte de la poblacion femenina, se generalizó para no tener que guardar los pañuelos en el interior de la manga. Aunque fueses pañuelos más pequeños y finos, menudo sitio para guardar el pañuelo, pero no había otro. O ahí o en el escote, ante lo que mejor me callo. Hasta en el uso del pañuelo de tela se veían rastros de sexismo. Aunque en realidad no los veíamos, como no veíamos eso que ahora se denominan micromachismos, porque el machismo era una manera de estar en el mundo que habíamos digerido con total naturalidad y la vida nos parecía de color de rosa, digo, azul marino.

Cómo hemos pasado de los pañuelos de papel a los micromachismos es un asunto misterioso. Siempre podemos echarle la culpa a la globalización.