Ayuso, que ejerce de lideresa de la ultraderecha a pesar de que milita en un partido de derechas, ha vuelto a hacer un truco de magia. Ha anunciado, a bombo y platillo, la apertura en la Comunidad de Madrid, de un Centro de Atención Integral Especializado para hombres víctimas de violencia sexual. Una cosa sí hay que reconocerle, y es que como prestidigitadora no tiene precio. Es una pena que su magia esté más cerca de la brujería que del encanto. Lo suyo es el arte de la demagogia, destinada a manipular los cerebros de quienes le votan.
Lo que en realidad esconde Ayuso, es su negación del problema estructural de violencia machista que hay en este país. Un tremendo drama que sufren las mujeres por el único hecho de ser mujeres. Ese es el verdadero mensaje oculto de Ayuso, porque ella no cree que la violencia machista sea un problema.
En rigor, si considera que debe de atender a los hombres que son víctimas de agresiones sexuales, es porque piensa que todo lo que se ha puesto en marcha para la defensa de las mujeres, es discriminatorio, ya que hay una parte de la población que no se está atendiendo. En este caso, y según su criterio, los hombres.
Ayuso saca a relucir su problema de homofobia cada vez que tiene ocasión, ya que, la mayoría de los hombres que reciben abusos sexuales, suelen ser víctimas, mayoritariamente, de otros hombres. Por tanto se trata de un ataque directo a los homosexuales, depurando una homofobia asquerosa.
Lo que no dice Ayuso, es que, en la mayoría de los abusos sexuales, los que lo ejercen son los hombres, y lo que ella trata de negar es que son principalmente las mujeres la que sufren los abusos sexuales de los hombres.
En definitiva, nada nuevo, una nueva ración de homofobia con un discurso populista y negacionista de la realidad, con falacias y mentiras para engañar a una parte de la sociedad que compra con demasiada facilidad este tipo de discursos.