Noticias cochambrosas

16 de noviembre 2022
Actualizada: 18 de junio 2024

Entre las noticias que ponen como anzuelo en la prensa digital se hayan dos tipos de señuelo tan recurrentes como estúpidos: los que anuncian señoras mostrando su anatomía, que vienen empaquetadas con el mensaje "Fulanita incendia las redes" y los que muestran las reacciones en twitter de esforzados tuiteros a comentarios políticos de políticos perezosos

Entre las noticias que ponen como anzuelo en la prensa digital se hayan dos tipos de señuelo tan recurrentes como estúpidos: los que anuncian señoras mostrando su anatomía, que vienen empaquetadas con el mensaje "Fulanita incendia las redes" y los que muestran las reacciones en twitter de esforzados tuiteros a comentarios políticos de políticos perezosos. Y digo perezosos porque si se lo hubiesen currado un poco no soltarían obviedades o insensateces que diesen lugar a prontas e ingeniosas réplicas de sus replicantes. ¿Por qué adjetivar como estúpido ambos métodos de rellenar páginas? Porque estas tonterías se reproducen cada día y se olvidan inmediateamente, para ocupar su sitio otras semejantes y así ad infinitum. Son al periodismo lo que la comida basura a la alimentación sana: una aberración, un sinsentido, un disparate repetido hasta la saciedad.

Nadie que pretenda alimentarse lo hará mediante una dieta de caramelos podridos ya que, como poco, se verá inmerso en una diarrea de reglamento si no termina en el hospital. Ahora póngase usted a leer mierdas como las que estamos comentando, un día sí y otro también. Si su cerebro no le dice: "basta ya" es mejor que empiece a despedirse de su cerebro.

Vamos a poner un par de ejemplos ilustrativos para que se nos ponga en marcha la bilis y todo eso. "Cristina Pedroche y el bikini que incendia las redes". Véase que aquí se atribuye la capacidad infamable a una prenda de ropa. Isabel Díaz Ayuso sobre la cultura del esfuerzo: "No es menos importante que reciban en los colegios e institutos la herencia de MIL SIGLOS EN ESPAÑOL" . Anabel Alonso tuitea: "Los dinosaurios ya hablaban español. (Esta no os la esperabais, eh?)". Simpática es, eso sí.

Es muy evidente lo fofo del enunciado que clama, vía metáfora, por la incineración circunstancial de la esfera cibernética debido a la exhibición o insinuación erótica de una señora que se presta a tan pirómana tarea. A estas alturas de la película ni los más imberbes se sorprenden de exhibición anatómica alguna. Tenemos que suponer, pues, que la falta de riego es la responsable de la repetición de esos titulares anunciando una y otra vez la quema de internet, el humo, las llamas, la devastación total.

En cuanto a que exista tanta gente que se siente en la constante obligación de replicar a las meteduras de pata, en mayor o menor grado, de un político alejado del espectro que le representa; más allá de un ejercicio de inventiva y habilidad verbal, termina resultando tedioso, odioso y una pila de adjetivos terminados en "oso". Es una tarea digna de Sísifos con mucho tiempo libre y necesitados de presencia en la red. Unos y otros, por repetitivos, son contenidos dignos de una papelera de reciclaje. Los lectores nos merecemos más.