No se sorprendan si un día aterriza "la nave del misterio" en Pasarón, con Iker Jiménez al mando. Es el último recurso que nos queda para tratar de encontrar una explicación a lo que sucede en el Pontevedra. La ciencia y el razonamiento no lograron dar respuesta a preguntas que parecen sencillas, así que habrá que tirar de lo paranormal para tratar de encontrar el problema y las posibles soluciones.
No olvidemos que existen antecedentes de fuerzas esotéricas en el club desde tiempos remotos. El ajo que nos dio el primer ascenso a la máxima categoría del balompié español es un ejemplo. Rafa Ceresuela, magnífico futbolista, ese día simplemente fue el vehículo utilizado, por quien puso allí el famoso vegetal, para perforar la meta céltica y sumar el punto decisivo. Cualquier otro que se hubiera sentado encima del condimento culinario habría colocado su nombre con letras de oro en la historia granate. Y para confirmar la veracidad de lo expuesto, tenemos la figura clave del clarividente, un policía armada que vaticinó lo que iba a suceder y así se lo anunció al propio jugador antes de reincorporarse al campo.
Pero en los últimos 25 años, esas fuerzas de origen desconocido se han tornado en malignas, quizás en defensa o venganza por las tropelías que está sufriendo la entidad deportiva. En las últimas temporadas están alcanzando sus más elevadas cotas de manipulación sobre la mente de los dirigentes, que actúan contra su voluntad, como ellos mismos reconocen.
No sabemos algo tan simple como quien manda en el Pontevedra. Nino Mirón fue forzado a dejar la presidencia, mientras Mauricio Rodríguez asegura que ocupó el cargo obligado y que sólo pudo irse cuando fue liberado del compromiso. Por su parte, José Manuel Fernández tampoco se mostraba muy interesado en sentarse en un sillón que tenía candidatos que sí estaban dispuestos a hacerlo.
Ese misterioso ente que corta el bacalao, cuyo nombre se niegan a desvelar los tres citados, ¿es un alienígena, un ser espiritual, un enviado de Satán, un político? ¿A qué viene tanto secretismo?
Para dar otra vuelta de tuerca, ahora en teoría debería mandar la empresa de Fernando Gómez, pero él asegura que no quiere tener responsabilidades de gestión, ya que su intención es vender el paquete que adquirió a Mirón. Por cierto, una operación que resulta sospechosa y que claramente parece una estrategia para, todavía no sabemos, que intereses.
Tampoco se conocen los datos económicos de la pasada campaña. Ni se conocerán hasta enero. Bueno, se sabrá lo que quieran vendernos, porque en las juntas de accionistas se llega, se dice que la leche es negra y te lo creas o no, votas y punto. Así pasó toda la vida, incluso antes de las SAD. Lo curioso es que la mayoría de los asambleístas no se atreven a llevar la contraria y con su aprobación aceptan su parte de responsabilidad en bendecir la mala gestión. El voto negativo no evita que se imponga la mayoría accionarial, pero te libra moralmente de ser partícipe de la pantomima.
Otro misterio es el desfase del costo del nuevo estadio, nada más y nada menos que el doble de lo presupuestado. No olvidemos que se ha pagado con dinero público. Son las propias administraciones y fuerzas políticas las que dan crédito a las sospechas. El Concello no recepciona la obra por entender que tiene deficiencias y el PSOE capitalino requiere la intervención de la justicia para desbloquear la ausencia de datos que arrojen una explicación al espinoso asunto.
Comparado con el viejo, ahora Pasarón está decente, pero si gastamos el doble y encontramos cientos de defectos y chapuzas, algo se habrá hecho mal y, como siempre, las responsabilidades brillan por su ausencia. Ya como opinión muy personal, no puedo pasar la ocasión para decir que el exterior es horroroso, un atentado paisajístico..
La ciudad deportiva, como buen fantasma, nunca llegó a demostrarse que existiera, pero le ha supuesto al Pontevedra otra deuda más. El club paga el capricho de Nino Mirón, así como el posterior incumplimiento con la Seguridad Social que ha llevado al embargo. En este caso encontramos otra maldición. El constructor sudó sangre para deshacerse del 28% y ahora le cae un 12% como "castigo" por las pérdidas personales que le supuso avalar a la entidad.
La Fundación no sirve para nada, salvo para lo que se utilizan casi todas: Obtener ventajas fiscales. Ahora bien, son una herramienta que en malas manos fomenta las triquiñuelas. Empleados ilustres como Artur Tamazian, conocido mundialmente como el inventor del "queso de bola" de las finanzas, no resolvió nada en el club, pero reconoció ante un juez irregularidades en los contratos de los jugadores, con el fin de evitar el pago de unos impuestos. Una simple gota de agua de este inmenso océano de oscurantismo. Acabó haciendo labores de "maquillaje" en el Pontevedra, como las peluqueras de mi barrio, pero cobrando como se merecía su rango de consultor del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.
En este punto no podemos olvidarnos de Manuel Brañas, gurú de la economía local, al que Nino Mirón beatificó tras la conversión en sociedad anónima deportiva. A bombo y platillo anunciaron que el Pontevedra era el club más saneado de España. Un año más tarde, estábamos igual que antes de la quita y espera de finales de los 90. El líquido de las arcas granates pasó a estado gaseoso y desapareció de forma misteriosa.
Por último, la afición es como la Cenicienta, una criada maltratada, salvo cuando toca pagar el abono. Entonces se la convierte en princesa por unos días. A las doce de la noche de la jornada que pone el punto y final a la campaña de captación, vuelve a su triste realidad de no pintar absolutamente nada.
Este es el Pontevedra que nos han dejado. Deportiva, económica y socialmente el peor de la historia. Con un futuro que invita, desgraciadamente, a pensar que mejor sería apagar la luz y comenzar un proyecto nuevo, sin lastres, ni guerras internas producto de ambiciones personales. Un club de los socios, no de unos señores que les importa tan poco la entidad, que ni siquiera participan en sus órganos de gestión.
No creo en fuerzas oscuras actuando en el club, aunque lo haya utilizado irónicamente en el artículo. Por tanto, no hará falta la presencia de Iker Jiménez. Pero si creo en fantasmas de carne y hueso, que llevan deambulando por la entidad muchos años. Todos sabemos sus nombres y apellidos, aunque nos tomen por imbéciles.
Para estar a la altura de estos personajes, mejor solicitar el apoyo de Paco Porras, vidente que lee el futuro en los vegetales. De paso, igual arregla el mal endémico del césped de Pasarón. Y que se traiga a la Bruja Lola. Dos velas negras en el Fondo Norte y Furya Granate acaba cantando el "Mauricio, quédate, Mauricio, quédate..."