Luisito, el elegido desde agosto

21 de octubre 2014

El tiempo es el juez que da o quita razones. Finalmente Luisito se convierte en el máximo responsable de la plantilla granate, tal y como apuntábamos que sucedería desde este medio hace muchas semanas, sufriendo el virulento ataque de allegados y palmeros presidenciales, que negaban cual San Pedro a Jesús.

Un parto difícil y que llega con tres meses de retraso, el mismo período que se han empeñado en perder los dirigentes granates por no hacer bien su trabajo, que no es otro que tomar las mejores decisiones para que el proyecto llegue a buen puerto. Optaron por gastar sus energías en protagonizar una película esperpéntica que puede acabar pasando factura y complicando seriamente el objetivo del ascenso, aunque bien es cierto que todavía se puede enderezar el rumbo.

La falta de confianza en Manu Fernández habría sido un motivo suficiente para que todo el mundo entendiera que no empezara la temporada al frente del equipo pontevedrés. Y el tema económico no habría cambiado, es más, probablemente fuera más fácil que aceptara negociar sin malos rollos, que una vez ha sido víctima de un acoso y derribo sibilino desde el minuto uno al último.

Lo de Luisito ya estaba cerrado en aquel momento, una vez el técnico vio que la opción del Compostela se había esfumado. Por eso ha rechazado alguna que otra oferta interesante en este tiempo. Quién sabe si recompensado. No obstante, las mentes pensantes quisieron esperar a que fuera la afición quien exigiera el cambio, para poder lavarse las manos cual Poncio Pilatos.

Es triste ver como algunos pusieron su granito de arena para que las cosas fueran mal, pero no sólo a Manu, también al mismísimo Pontevedra. Patético. Eso sí, rasgándose las vestiduras ante cualquier mención de que se le estaba haciendo la cama al míster. La partitura escrita por la presidenta, dirigida por el consejero hacedor de plantillas e interpretada por parte del plantel tuvo el final deseado. Sin ir más lejos, en las dos últimas jornadas una entidad de la categoría del Pontevedra se cubrió de gloria al no contar con alguien que hiciera las labores del técnico en el banquillo, ya que no se contaba con la ficha federativa que habitualmente tiene el segundo entrenador, puesto vacante. Tampoco Milo pudo estar sobre el césped. Ahora si hay dinero para su contratación y la labor la desempeñará Pepe Rico, muy buen profesional como bien sabemos por estos lares de cuando defendía la elástica granate.

Otra novedad es la llegada de un preparador físico. Nada que objetar, salvo las formas. Fran Comesaña se enteró por la prensa que se lo habían cargado. La justificación es que no lo localizaron. ¡Coño!, pues estaba en el partido contra el Cultural Areas, a unos metros de donde Feáns anunció la buena nueva de Luisito. Menudo despropósito. Y no olvidemos que ahora sí hay campos de entrenamiento y los futbolistas podrán ejercitarse todos los días, hasta en el Estadio Municipal, que antes era terreno vedado.

Y a partir de ahí, el teatrillo ya rozó el ridículo más espantoso. Dicen que la decisión del cese se toma tras finalizar el partido ante el Silva y que todavía no tienen decidido el sustituto. Faltan a la verdad y además de forma gratuíta, quedando como poco eficientes, ya que lo normal es tener todo atado antes de dar el anterior paso, como se hace siempre, aunque se venda esa absurda honestidad que luego no se aplica en casi nada dentro del fútbol.

Y así era, pero como les va la marcha y se empeñan en torcer lo que está derecho, montaron el número final con una selección de candidatos con los que se ha jugado, Patxi Salinas, Guillermo Fernández Romo, Pichi Lucas y, especialmente, Antonio Gómez, al que se llamó para negociar y se le rechaza porque "no es el perfil" que buscan. ¿Acaso no conocían el perfil de este entrenador? Que desfachatez. Una falta de respeto inaceptable hacía un extécnico granate y que, me consta personalmente, tiene un gran cariño por la entidad del Lérez.

Debe ser que en espera de finiquitar a Manu, pues hasta entonces no se puede cursar ficha del nuevo, se aburrían y tramaron el jueguecito de ¿adivine quién va a ser el elegido?, para entretener a los seguidores pontevedreses y ayudar a llenar páginas y minutos de radio a los medios de comunicación. Una cosa es cierta, al menos comprobamos que Milo Abelleira sigue vivo, pues no nos había quedado muy claro cuando tras varios meses desaparecido como director deportivo, le sacaron a escena para "ascenderle" a coordinador de las categorías inferiores.

Y como guinda del pastel, acompañado de redoble de tambores, en la presentación de Luisito nos deleitan con la frase del año "era el perfil ideal, un entrenador que conociese la categoría". Como si los otros candidatos vivieran en Marte y les quedaran a desmano los campos de fútbol gallegos. Si hasta el segundo de Salinas era fijo en los encuentros del conjunto granate. Triste que no hayan sido otros los motivos, porque sin lugar a dudas el nuevo míster acumula los méritos suficientes para haberse ganado la oportunidad de sentarse en el banquillo de Pasarón.

Por cierto, no hay necesidad de apuntar que la decisión es respaldada por todo el Consejo de Administración. Primero que todo el mundo sabe que las decisiones las toma el presidente o el máximo accionista. Segundo que la mayoría de los consejeros son de la cuerda de quien manda, por tanto, votan lo que les ordenan, cuando no se les llega con todo hecho y dicen simplemente amén. Y tercero que hay al menos dos que ni cuentan, ni pretenden contar, aunque sería bueno que ejercieran de oposición, si así se consideran, o no sigan donde no se les quiere, ni pintan nada.

Para este viaje no hacían falta tantas alforjas, pero el Pontevedra parece destinado últimamente a destacar más por los espectáculos trágicos y cómicos que por lo deportivo, que es su razón de ser y existir.

Esperemos que les alcanzara de lleno la vergüenza y aparquen el circo, dejando trabajar a Luisito y la plantilla sin interferencias y situaciones absurdas, porque ya el margen de error es mínimo y no se encajaría muy bien una nueva decepción a final de temporada.

Además la marcha de Fernández deja sin protección a los constructores de este proyecto, porque está claro que al señor Luis, en circunstancias normales, nadie le va a echar la culpa de los males del equipo, si continuaran, pues no participó en la confección de la plantilla y tiene la mejor de las virtudes que se pueden desear en un entrenador, como nos han dejado claro: "conoce la categoría".

Suerte al míster, porque será la que tenga también la escuadra pontevedresa, y más sentido común para los dirigentes. Que se preocupen de hacer las cosas bien, en lugar de perder el tiempo atacando a los mensajeros. Además, en mi caso, tengo la piel tan dura que las balas me rebotan.

Les dejo la última. Estos días puede haber movida en las altas instancias del club. Está el gallinero revuelto. Si sucede, algunos pueden empezar a temblar, porque bajo la alfombra hay acumulada mucha basura. De años. Ocurra o no, se lo contaremos con pelos y señales, como es nuestro deber y porque la independencia del medio lo permite. No se puede controlar todo, ni a todos, señores dirigentes.