Los videojuegos no son culpables

29 de noviembre 2015
Actualizada: 18 de junio 2024

Muchos titulares hacen hincapié en lo nocivos que pueden llegar a ser los videojuegos sin el control adecuado, en adicciones y obesidad infantil, entre otros males asociados a la presencia de dispositivos móviles en nuestros hogares, del acceso a Internet y de que los niños pasen horas y horas enganchados a las pantallas jugando o relacionándose con sus compañeros a través del mundo virtual.

Sin embargo, el uso inadecuado de la tecnología se produce cuando no hay un control y una educación orientada a formar a los niños en este ámbito, que insista en la forma adecuada de aproximarse a los recursos que los dispositivos móviles y el acceso a Internet ponen a su disposición.

El avance en las nuevas tecnologías ha permitido que los videojuegos dejen de ser solo una forma de divertimento. Existe un gran porcentaje de aplicaciones y juegos pensados como herramientas pedagógicas, diseñados para trabajar tanto en el aula como en casa las distintas habilidades que los niños deberán desarrollar a lo largo de su aprendizaje, así como para absorber conocimientos de una forma entretenida y amena.

La inclusión de la tecnología en el entorno educativo ha supuesto un cambio en la percepción de la formación. La llegada de Internet a la mayor parte de los hogares también ha dejado atrás la época en la que el conocimiento se acumulaba únicamente en las bibliotecas y la facilidad de acceso a la red ha posibilitado el desarrollo de todo tipo de aplicaciones y recursos para grandes y pequeños, haciendo que el ordenador deje de ser una cosa de adultos.

Una de las formas en las que la tecnología ha entrado con mayor fuerza en el ámbito educativo, sobre todo en primaria, es justamente el videojuego, una forma de acercar a los niños al aprendizaje aprovechando su predisposición natural a jugar para que aprendan de una forma natural, con menos esfuerzo y sin tener la sensación de que están estudiando algo aburrido.

Aunque los videojuegos calificados como violentos o perjudiciales para niños sean un porcentaje mínimo del total de los videojuegos que se diseñan, parece que se llevan el mayor protagonismo y además empañan de prejuicios al grueso de los videojuegos que hay en el mercado. Pero los videojuegos de por sí no son malos.

La tecnología es neutra, su valor o desvalor depende del uso que se hace de la misma. En el caso de los videojuegos ocurre lo mismo, si se deja a los niños hacer un uso indiscriminado de los mismos y no se supervisan las elecciones que hace para jugar, corremos el riesgo de que, efectivamente, los niños se vean perjudicados.

Pero los videjuegos aportan experiencias muy positivas en el desarrollo cognitivo y en el aprendizaje. Para sacarles el máximo provecho debemos vigilar que los niños tengan acceso solo a juegos adecuados para su edad, ser parte activa de su aprendizaje participando con ellos de esta actividad lúdica y fijar normas que limiten el tiempo de uso y los espacios en los que los videojuegos están permitidos.

Con la supervisión adecuada, los videojuegos pasarán de ser potenciales problemas a ser aliados de un valor incalculable en el desarrollo de los niños. Lo importante es saber utilizarlos de la forma correcta.

 

Lee más en Maternidad Fácil