El sexto presidente de la Xunta de Galicia podría cometer un ligero error si al interpretar "y con el carácter moderado que tiene" que aplicase literalmente el resultado de unas elecciones autonómicas que le dieron una mayoría absoluta pero no abultada, en relación con desarrollar una política continuista.
El sentidiño es un carácter de los gallegos y que el señor Rueda nos recuerda con cierta frecuencia, pero la política nacional va por otros derroteros muy distintos a la gallega y ahí nuestra nacionalidad histórica juega con desventaja, gobierne quien gobierne en el futuro en España. La fuerte presencia del BNG con sus 25 diputados servirá para amortiguar el sentidiño "siempre necesario" del presidente Alfonso Rueda, pero que a la hora de defender los intereses de Galicia en Madrid y con la actual polarización de la política nacional debería tornarse en una defensa clara y sólida de sus posiciones políticas pero solidaria con el resto de territorios.
Galicia tiene grandes retos pendientes de cara al futuro: la reforma del Estatuto de Autonomía, solicitar el traspaso de nuevas competencias, las energías renovables como la eólica, la transferencia de la A-57, las nuevas tecnologías, la red ferroviaria interna, son algunos de los retos que la nueva Xunta de Galicia deberá defender en algunos casos y sin complejos en Madrid.
Con respecto al PSdeG/PSOE y sus nueve diputados; esta formación lleva años en una permanente travesía del desierto con un cambio constante de líderes y que dificultan su consolidación, debiendo además los socialistas pensar más en Galicia y en los gallegos y menos en luchas de carácter interno y orgánico que en nada les beneficia, favoreciendo el auge del histórico BNG y que, por otro lado, es algo positivo en una comunidad con nueve mayorías absolutas hasta ahora de los Populares.
Por lo tanto, señor Rueda, sentidiño siempre y contundencia y firmeza en la defensa de los intereses de Galicia también. Entiendo que su carácter es el que es pero trate de no transmitirlo demasiado a la política, en una época de constantes cambios, en donde Galicia "y a pesar de esa mayoría absoluta" no es una excepción. Todo ello no quita - y como pontevedrés que soy - para desearle la enhorabuena y adelante con la tarea.