Es indiscutible que este tipo de mercado está en pleno auge y son cada vez más las personas que se suman a la compra de estos productos.
Es un tema que está pegando tan fuerte que incluso gran parte de sus consumidores no tienen ni idea de lo que significa realmente que un producto sea eco, bio u orgánico pero igualmente pagan ese sobrecoste frente al de un producto "normal" porque lo asocian con mayor calidad o que es más saludable.
Por ello, considero que es un tema de importancia orientar un poco mejor y de forma objetiva a este tipo de público. Empezando por saber que eco, bio y orgánico significan exactamente lo mismo, estos términos hacen referencia a los productos que no han sido tratados con pesticidas, herbicidas o plaguicidas que no sean naturales, además se cultivan respetando su ciclo natural y no se maduran artificialmente, ni han sido modificados genéticamente, entre otras cosas.
Estas premisas tienen, en principio, la intención de generar alimentos más saludables y con mejores propiedades nutricionales. Pero ¿realmente lo consiguen?.
Centrándonos en el tema nutricional y según la evidencia científica, los productos ecológicos no tienen propiedades más nutritivas que cualquier otro, en igualdad de condiciones. Lo mismo se aplica a las propiedades organolépticas. Por lo tanto, en este caso estos productos son nutricionalmente iguales a los convencionales sin sello.
Otro consideración es, la importancia real sobre los pesticidas, que según los organismos reguladores más importantes, no existe razón alguna para tenerles miedo ya que no se encuentran en los alimentos o si se encuentran, son en dosis tan insignificantes que no tienen efecto alguno.
Ahora solo queda valorar la cuestión ecológica y saber si son de verdad más respetuosos con el medio ambiente. Mi respuesta frente a este tema es que eso depende del producto y de su producción y no de un sello.
No tiene ningún sentido comprar un aguacate ecológico que ha hecho mil kilómetros hasta su punto de venta, porque su impacto será mucho mayor que el de un aguacate convencional que se ha producido localmente. O comprar un producto ecológico de una multinacional que vende principalmente artículos industrializados, por ejemplo.
En conclusión, decidir si merece la pena o no, comprar productos eco, es una decisión privada que atiende a valores personales. Con este artículo, he querido mostrar de manera imparcial, una realidad que a veces se maquilla y así aclarar las posibles dudas.
Mi opinión personal es que sabiendo esto, seamos inteligentes a la hora de seleccionar los puntos de compra y la procedencia para que no nos engañen. Escoger alimentos bio tiene su razón en querer cambiar las cosas por un mundo mejor y es una realidad, que debemos modificar nuestra actitud hacia unos valores más respetuosos con el medio ambiente para vivir en un mundo mejor.