La lealtad a la Constitución está por encima de la confianza de un ministro

31 de mayo 2020
Actualizada: 18 de junio 2024

Toda causa tiene un efecto y sin duda las consecuencias conllevan a unas responsabilidades que desde luego han de asumirse y ya los que tenemos algunos años sabemos que la forma en que se haga definirá a la persona, dicho de otro modo, quedará retratado.

Y van pasando los días que por suerte nos alejan del duro confinamiento que sufrimos a causa del Covid-19 y de forma inevitable nos llevan a otros donde se derimirán las responsabilidades de las decisiones tomadas y aquellas que debieron tomarse y no se hizo desde que el 31 de enero aparece el primer caso de contagio.

Toda causa tiene un efecto y sin duda las consecuencias conllevan a unas responsabilidades que desde luego han de asumirse y ya los que tenemos algunos años sabemos que la forma en que se haga definirá a la persona, dicho de otro modo, quedará retratado.

En estos días el ministro de interior Fernando Grande Marlaska es noticia por cesar al coronel de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos. Lo hace aludiendo a la pérdida de confianza y curiosamente esa acción y lo que la ha motivado hace que muchos, que algunos, que yo, mire con desconfianza al Sr. Ministro.

Pasan pocas horas  del cese cuando se conoce la noticia  de que lo que sucede es que el ex juez sufre lo que se denomina en el argot doméstico "una rabieta" ya que ante la negativa del coronel Perez de los Cobos a saltarse la ley a la torera desvelando una información que sólo le corresponde tener a la jueza  que investiga la causa y a la policía judicial encargada de tal cometido (en este caso, policía judicial de la Guardia Civil) decide relegarlo y, a partir de ahí, sucesivamente, cada decisión tomada, va dando mejor muestra de su perfil y, sinceramente, lo que veo no es que no me guste, es que en realidad me disgusta, ya que si eso sucede con una persona pronta a ascender a general, qué no hará con el más sencillo de los humanos y me lleva a preguntarme: ¿en manos de quién estamos cuando enseguida en un burdo y vulgar intento de "solucionar" esta cuestión saca a relucir el talonario pretendiendo cubrir de dinero su falta de honor ante quien el honor es su divisa?

Enseguida todo son noticias, se filtra el informe de la discordia y nos insinúan de esta forma que hemos de juzgar a quienes lo redactaron y como lo hicieron, curiosamente los que manejan los interruptores de los  focos que iluminan el documento, son los mismos que criticaron que personas sin formación adecuada, como yo, cuestionásemos decisiones que se toman antes y durante el estado de alarma, y hoy son ellos los expertos policías judiciales que saben lo que sí y lo que no ha de hacer un investigador, amén de que de judicatura saben mucho también y ya por el mismo precio ponen en tela de juicio a la jueza.

Y así pasan los días en esta España nuestra, que como en el juego de la oca vamos de casilla en casilla, de fase en fase, intentando unos llegar al final y otros ganar la partida. 

Unos despacio y con buena letra, otros de oca a oca tirando porque les toca, habrá los que van de puente a puente aprovechando la corriente e incluso habrá los que retrasarán su llegada por caer en la pensión o en la prisión. En cualquier caso, todos llegaremos y cada cuál tendrá que reflexionar en lo que hizo, por qué lo hizo y si los fines justifican los medios.