Existe una corriente de pensamiento y de acción que está intentando elevar la comida a la categoría real que tiene; es decir, ser analizada por múltiples variables, variedades y realidades. Diríamos que es la comida integral o la gastronomía integral o totalizadora. Se trata de analizar y mirar distintas dimensiones: no solo el proceso de realización, ni solo las cuestiones energéticas, calóricas, de salud y de dietas de todo tipo (como se ha ido produciendo en estas décadas), ni solo de sabor, ni solo aspectos sociales o culturales, sino todos, incluso religiosos y metafísicos, porque la comida está conectada en casi todas las religiones con las religiones. Los sacrificios de animales a los dioses particulares, después, esas carnes se degustaban por la clase sacerdotal o por el pueblo en general.
De esa necesidad, diría, sugeriría y lanzaría como propuesta que Lalín empiece a realizar un Archivo o Centro Documental sobre el Cocido y el Cocido de Lalín. Puede parecer una tarea enormemente compleja y grandilocuente, pero no es así: todo lo grande empieza siendo pequeño, toda catedral por hacer un boceto de dibujo, después un diseño más perfilado, después una zanja y después situar piedras, piedras unas sobre otras. En esto puede suceder lo mismo: crear una página sobre el cocido de Lalín o una etiqueta dentro de la web del ayuntamiento, y empezar a crear enlaces a todos los artículos, libros o referencias que existan sobre el cocido y el cocido de Lalín, quizás por orden alfabético. Se darán cuenta de que en unos meses o años tendrán cientos de entradas, miles de referencias, artículos periodísticos, noticias, libros, fotografías, etc. Y así después seguirán añadiendo, con un simple archivo con referencias a esas noticias o informaciones, con enlaces o con los textos, si se los permiten los autores y autoras. Después, cuando hayan conformado varias miles de entradas, pueden continuar con pasos sucesivos. Se darán cuenta de que es la base para estudios, análisis e investigaciones posteriores, quién sabe si también para trabajos académicos, trabajos fin de grado, libros sobre el tema o tesis doctorales. Quién sabe si para hacer de Lalín la patria del cocido del planeta. A eso estamos encaminados, a eso nos dirigimos. Pero para este fin necesitan disponer de un Archivo o Centro Documental, aunque sea virtual, sobre el cocido y el cocido de Lalín. Llamen a la puerta y se les abrirán fogones, ideas, datos e informaciones de todos los palacios, casas y monasterios del mundo.
No olvidemos que algunas piezas de carne del cerdo de Lalín hay que introducirlas en el agua del perol durante dos o tres días y cambiarles el agua. Es como remojar el corazón de la esencia de la vida, de la naturaleza, porque un trozo de cerdo es un trozo de carne y, a su vez, es un trozo de animal, y todo animal tiene algo de sagrado. A todo animal hay que tenerle respeto, vivo y muerto. De alguna manera, es ir dejando que ese trozo de carne, que fue viviente y sintiente, se vaya preparando al ser y al estar; es ayudar a otra vida a que tenga vida. Al comer un alimento, otro ser viviente continúa su viaje en esta tierra. Ese animal, el cerdo, con su sacrificio, nos permite seguir continuando en esta vida otro día y otros dos días, nos permite disponer de energía para continuar en este mundo. De ahí ese reposo de esas piezas de carne de ese animal, que nos está ofreciendo la posibilidad de continuar viviendo y existiendo durante un tiempo.
No hay cocido de Lalín sin unto, que es una especie de grasa que, según los entendidos, deja un poso de rancio. Quizás ese sabor rancio venga desde el neolítico, cuando se conservaba comida a través del humo o del calor, la famosa cecina. El gran invento en la comida, dicen los expertos, se produjo cuando empezaron a hacer fuego, y el segundo, a conservarla. Durante milenios, el problema era cazar, pero si se cazaba una pieza grande, la carne se estropeaba, y la solución era la conservación. Al principio sería con ahumados y con el frío, según el clima; después utilizaron la sal y, tras todos esos procesos, llegamos al frío artificial de las neveras y frigoríficos industriales y domésticos. El invento de la electricidad y de los sistemas de refrigeración ha cambiado el mundo. No somos conscientes de que vivimos en el presente y somos en este presente porque se han inventado miles de cambios positivos y buenos en estos dos últimos siglos. Hoy, en cualquier mesa pueden existir platos que tienen su producción y crianza a tres mil kilómetros. No somos conscientes de ello.
Todos los seres vivientes racionales que llegan al corazón de Lalín, todos, al menos hoy con los móviles, se hacen una foto en la famosa escultura del cerdo de dicha localidad. Es, diríamos, una especie de símbolo, signo y casi tótem del lugar, metáfora de lo que representa y son. Una realidad que hace décadas empezó para mover y remover la economía. En tantas crisis como los humanos sufren, las llaman económicas, pero son crisis del comer y seguir pudiendo comer. A algunas mentes egregias del pueblo se les ocurrió la fiesta del cocido. Y hemos llegado a la situación actual. Y si lo continúan, seguirá creciendo... quién sabe si un día será un bien inmaterial de la humanidad, aprobado por la UNESCO, sugerencia que invito aquí a que estudien dicha posibilidad las fuerzas vivas de este lugar. Mientras tanto, para aprovechar esa oportunidad, hagan un museo de arte plástico, literario y musical sobre la temática del cerdo y del cocido. Empiecen por poco, verán cómo empezarán a recibir piezas; empiecen, "se hace camino al andar", parafraseando al maestro Antonio Machado.
Mientras tanto nos alejamos del pueblo, recordando el sabor del cocido, esa mezcla de sabores, olores y realidades táctiles, visiones e imágenes. El cocido como símbolo y metáfora del ser humano... Paz y bien.
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (29 sept.-27 oct. 2024 cr).