El panorama del sector de alimentación cambiará sustancialmente en Pontevedra. Puede que de momento no lo veamos, pero la realidad dice que en breve la firma Moldes, un histórico de la alimentación en esta ciudad, dejará de existir. Será engullida por otro histórico, pero más fuerte. Froiz sigue haciéndose grande comiendo a sus competidores directos.
En las últimas semanas se han sucedido las negociaciones entre responsables de ambas firmas. Y aunque hubo sus disensiones, al final parece que ya se cerró un acuerdo que permitirá a los hermanos Moldes estrechar la mano de Magín y de su hijo y sellar la venta de esta cadena de supermercados. Una más que absorbe la firma de Poio, y ya van unas cuantas.
Me dicen quienes estuvieron cerca de esas negociaciones que fueron reuniones de nervios, incluso con anécdotas varias. Pero al final hubo acuerdo. Moldes desaparecerá como tal y Froiz se hará mas grande, eliminando además a un competidor directo, en su propia casa.
También me aseguran que inevitablemente la absorción tendrá sus costes porque al menos media docena de supermercados Moldes podrían desaparecer para evitar duplicidades, allí donde no compensa mantener dos muy próximos. En esas negociaciones internas en materia de personal andan estos días para reducir al máximo el coste laboral de la operación.
Moldes ya es historia como en su día lo fueron otras firmas que el grupo Froiz fue engullendo, caso de los familiares supermercados Casal. Un continuo crecimiento, siguiendo una estrategia diseñada por Magín Alfredo, el empresario forjado a sí mismo, que empezó con una carnicería y está creando uno de los grupos de alimentación referentes en el noroeste peninsular, incluido Portugal; y todo ello a pesar de la crisis y la caída de ventas.
Magín es ya un empresario modelo, pero de los de antes. Un aragonés-pontevedrés reservado, sin aires de grandeza, que forjó su pequeño imperio a base de mucho trabajo, de sentido común, y sobre todo por tratar bien a sus trabajadores y a sus clientes.
Dicen quienes vivieron aquellos años iniciales que, más que un empresario, era un padre. Una relación que, como es lógico, fue cambiando según crecía la familia. Llegaron nuevos tiempos, con nuevos métodos de gestión, y eso también lo notó la plantilla.
Está claro que no son los tiempos de antes, pero aun así, Froiz sigue siendo un referente para encontrar un empleo digno en el sector. Su crecimiento es un claro ejemplo de que el principal activo de una empresa son sus trabajadores. Si estos están bien, si van contentos a trabajar y si lo pueden hacer con unos salarios dignos, las cosas irán bien.
Sólo cabe esperar que esa filosofía no cambie ahora que la empresa sigue creciendo. Sería un craso error. Igual que montar una cafetería de diseño y contratar malos profesionales porque salen más baratos. Algo que ocurre muy habitualmente por cierto.
El otro gran secreto de Froiz, según dice el propio Magín, ha sido tratar bien a los clientes. Siempre al servicio del ama de casa, decía durante años en su publicidad; aunque ahora también a los amos, que cada vez son más. Y hacerlo, según el empresario, con los precios más competitivos del mercado en relación a la calidad de sus productos.
Esperemos que a partir de ahora eso tampoco cambie, por el bien de los consumidores, y que no se repita la historia de otras absorciones y fusiones donde los perjudicados siempre son los que pagamos. Sería otro error que espantaría a los clientes, y aun más en estos momentos donde se mira con lupa cada céntimo.
Los difíciles tiempos actuales exigen que para sobrevivir no sólo hay que renovarse sino crecer para que no te coman. Froiz está dando pasos en esa dirección, y parece que lo está haciendo bien. Sólo el futuro dirá cual es el techo de esta firma, que no olvidemos sigue siendo pequeña y familiar en un mundo regido por grandes multinacionales y otras potentes empresas españolas.
Está claro que el futuro será muy competitivo para luchar contra los grandes grupos del sector, sino quiere terminar él mismo engullido por ellos. Pero tampoco se puede descartar que Froiz pueda liderar la creación de un gran grupo de alimentación en Galicia, o llegar a ser un referente nacional o internacional en el sector de alimentación.
Ya sé que para eso falta mucho, pero Zara también empezó en una tienda y ya vemos dónde está. También sé que a Magín esas cosas le asustan pero seguro que desde aquella pequeña carnicería en la que empezó nunca pensó que sería el Jefe de 3000 trabajadores.