El eterno problema de la individualidad y la totalidad

28 de enero 2025
Actualizada: 8:26

Si alguien dispone de una tarjeta para comprar, ¿cuánta información esa entidad de comercio o de compraventa termina acumulando, conservando y catalogando de un individuo o de una familia al cabo de un año, de diez años o de cincuenta años?

¿Cuánto la sociedad, los entes que forman la sociedad y el Estado pueden y deben saber de cada individuo o de conjuntos de individuos?

Esta es la gran pregunta desde siempre, pero especialmente desde la revolución industrial: cuánto, de qué, cuándo y cómo una "entidad superior a un individuo" puede conocer de ese individuo, de ese ente en concreto, esa familia, esa misma sociedad o del mismo Estado.

No olvidemos que quienes pueden acumular datos y saber de otros individuos o entes pueden ser otras personas u otros entes sociales o reales, entidades que gestionan la misma sociedad, o puede ser el mismo Estado.

Si alguien dispone de una tarjeta para comprar, ¿cuánta información esa entidad de comercio o de compraventa termina acumulando, conservando y catalogando de un individuo o de una familia al cabo de un año, de diez años o de cincuenta años?

Nadie niega que, en una situación radical de peligro grave o total, conocer multitud de datos de un individuo puede ser la diferencia entre saber y conocer si ese individuo equis va a ser capaz de poner a la sociedad en el límite de la supervivencia. Ya sabemos el enorme poder que la sociedad dispone, y que algunos individuos también. No podemos negar este caso radical que se puede producir. No podemos negar que saber mucho de muchos millones de personas potencialmente puede permitir a un organismo evitar una tragedia social, teniendo en cuenta el poder y avance tecnocientífico existente.

En la segunda mitad del siglo veinte, entes privados o particulares, pero también entes dependientes del Estado o poderes del Estado, pueden acumular, si conviene o les interesa, una masa ingente de datos de una persona concreta, un sector social o una sociedad entera. Tantos datos que, de alguna manera, ese "ente equis" puede saber más de un individuo que el mismo individuo. Si se procesan con los saberes de las ciencias sociales toda la acumulación de datos de una persona, se puede llegar a saber, en un sector de la realidad, tanto de un individuo que en cierto modo se puede prever su conducta del pasado, presente y, en muchos sentidos, la futura.

Aquello de "conócete a ti mismo", la famosa frase de Apolo en Delfos o que se le atribuye al viejo maestro Sócrates, se puede transformar en "existen entes, o pueden existir entes diversos que pueden conocer más del individuo que el propio individuo, o de cualquier ente social".

¿Qué ha cambiado en la segunda mitad del siglo veinte, en el último tercio del siglo veinte? ¡Que la informática en todas sus maneras y formas ha revolucionado el mundo! De forma automática, se pueden acumular billones de datos de miles de millones de personas cada día, porque los mismos sujetos, con sus terminales informáticos, constantemente están enviando información y datos que pueden ser examinados y analizados desde multitud de puntos de vista, aplicando el enorme desarrollo de las ciencias.

¿La gran pregunta es: qué harán los poderes públicos y privados, los entes sociales públicos y privados con toda esa acumulación de datos, esa enorme e ingente acumulación de datos, hechos, conceptos, ideas, gastos, dedicación del tiempo, lugares donde estamos, personas con las que estamos cerca, y mil otras realidades que hacemos o no hacemos cada día?

¿Caminamos hacia el "superorganismo"? ¿Cada vez nos vamos acercando más y más a ser un "individuo" no solo dentro de una "sociedad", sino un "individuo" dentro de una especie de "termitero humano"?

https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (14-26 enero 2025 cr).