Totalmente abandonada por la clase política, más preocupada por su bienestar personal que por el de los Pontevedreses, más de postureo que de hechos.
Un Gobierno Municipal que cuanto más "humaniza" sus calles, más deshumaniza a sus ciudadanos condenados a dedicar su tiempo libre en lo que los que mandan le imponen, pasear...
Un gobierno que actúa por criterio propio, que nos "vende" obras supuestamente solicitadas por los vecinos, ¿qué vecinos? ¿dónde están esos vecinos? ¿son los que después aparecen en listas electorales?
El resto de vecinos, son los abuelos de Verducido que deben levantarse a las 7 de la mañana para que la ambulancia los recoja antes, para ir por Barro y evitar los 20 "lombos", los vecinos de la calle Cruz Roja que un día se despiertan sin tener donde dejar su coche o los vecinos del Burgo que ven como han convertido su barrio en una ratonera. Vecinos de cada barrio y cada parroquia, que de la noche a la mañana ven alterada su forma de vida, con los que hablan cuando el proyecto ya está cerrado porque para estos vecinos no gobiernan.
Frente a todo esto una oposición ficticia, dedicada a plasmar su asistencia a actos ataviados con sus mejores galas, o jugando a partidos de tenis con el Concello, vía notas de prensa, pero sin propuestas, sin ser la voz de los pontevedreses, sin tan siquiera representar a quienes les han votado.
La política local, deber ser la política a pie de calle, la política que recorre cada barrio y cada parroquia, la política para la que no existe problema pequeño, la política hecha por y para los vecinos y vecinas.
Pero a tí Pontevedra, todavía no te ha tocado esa política.