El BNG y sus inauguraciones

14 de abril 2024

Parece que al BNG se le olvida que en otro país y con otro sistema electoral, el Partido Popular sería el que gobernaría el Concello de Pontevedra, y lo digo porque, dejando a un lado de quién son las competencias, el estado total de abandono que sufren algunas zonas del municipio, como Valdecorvos, Lourizán o el Mirador de Monteporreiro, por citar solo algunos ejemplos, demuestra el engaño en algunos casos que el señor Lores, ya en retirada, nos quiere hacer ver, no a los que somos de Pontevedra, pero sí a los de afuera, donde la ‘calidad de vida’, como dice la campaña del Concello, también es el mobiliario urbano.

Ya está bien de estar siempre escuchando que en algunos casos no es competencia municipal, ya que determinadas zonas, parroquias y barrios de la ciudad sufren un abandono crónico.

El BNG y el señor Lores tienen el síndrome del papanatismo cuando se lleva 20 años en la poltrona, porque en Galicia a los nacionalistas les pasa lo que al PP y al PSOE: son partidos clásicos que en sus posiciones rocosas no quieren ver cómo, en este caso de ámbito local, los defectos y abandonos que sufre el municipio de Pontevedra con sus 15 parroquias y barrios.

Inauguran casas de la cultura y se olvidan de una política de mantenimiento que hace falta para todas esas infraestructuras que, en algún caso, insisto, en algún caso, son de dudosa utilidad, pero claro, hay que inaugurar; es lo mejor que heredamos de la dictadura en este país, cuando se construían pantanos. Los bancos de madera podridos, coches abandonados en Valdecorvos, vertederos incontrolados en Lourizán, grafitis en el entorno del Parador Nacional, fuentes sin agua, etc., etc.

Nos pretenden engañar con una campaña publicitaria donde, si no llega a ser por la iniciativa privada, como es en el caso del Camino Portugués con los alojamientos para peregrinos y que algunos establecimientos ya estaban asentados antes de la reforma del Gorgullón, en este caso y en otros, ciertas o algunas zonas estarían abandonadas por parte del Concello, sin dejar de reconocer el importante cambio urbanístico experimentado por Pontevedra en los últimos años, así como el aumento en el número de habitantes.

Pero si empezamos a inaugurar grandes zonas verdes a lo soviético sin ton ni son, nos convertiremos en una ciudad muy bonita para los peregrinos europeos de la tercera edad, donde verán un mobiliario urbano que, según la zona por la que pasen, les dará igual que esté en estado de abandono, ya que ellos volverán a sus respectivos países y simplemente mirarán dicho mobiliario con indiferencia y pasarán de largo. ¿Queremos eso?