En la actualidad la preocupación por nuestro entorno ha aumentado considerablemente. Cada vez es mayor el número de consumidores que buscamos apoyar empresas cuyo proceso productivo sea sostenible y lo más respetuoso posible con el planeta. Precisamente la tendencia al alza de este tipo de productos ha creado un fenómeno conocido comoGreenwashing, traducido al español, según la Fundéu, como eco- postureo. Pero ¿qué es? y lo más importante, ¿cómo te afecta en tu día a día?
Este fenómeno consiste simple y llanamente en el uso de reclamos publicitarios que aluden y representan como pilar fundamental de la empresa unas prácticas sostenibles que en realidad no pasan de ser medidas superficiales cuando no, contradictorias. Sería imposible enumerar todos los casos de Greenwashing que podemos ver en nuestro día a día, desde empresas que presumen de haber neutralizado sus emisiones de carbono, pero siguen apostando por combustibles fósiles, hasta otras más conocidas como la donación de un porcentaje de los beneficios a causas medioambientales buscando ventajas fiscales más allá de la contribución a la mejora del entorno.
Entonces, ¿cómo podemos distinguir unas buenas prácticas empresariales de una mera campaña de marketing? Lo cierto es que hay un patrón común entre aquellas empresas que usan el eco-postureo: uso excesivo de términos vagos como "natural", "del campo", o "respetuoso con el medioambiente", la potenciación de pequeñas iniciativas verdes a la vez que se ignoran prácticas más importantes poco sostenibles y finalmente el uso de imágenes, envoltorios etc. que transmiten esa relación con "lo natural". Por poner algún ejemplo podríamos hablar de esas "pastas artesanales" que, pese a ser totalmente naturales, pueden dejarse en la despensa y seguirán intactas al cabo de uno o dos años, o todos esos productos que durante estos años han ido cambiando sus envoltorios originales por otros de papel craftcon una tonalidad similar a la madera (por supuesto, no es casual la elección de un color que recuerda a algo tan natural como un árbol).
El Greenwashing tiene consecuencias nefastas más allá de la ausencia de esas prácticas sostenibles que prometen, ya que además de desviar la atención de verdaderos esfuerzos útiles, genera mucha desconfianza entre los consumidores. Escándalos como el de Volkswagen en 2015 relacionado con la manipulación de las emisiones de sus vehículos Diesel a pesar de anunciarlos como "limpios" deben hacernos reflexionar y exigir a las distintas administraciones el endurecimiento de las normativas si bien, en este caso, los consumidores tenemos mucho que decir y podemos precipitar un cambio de tendencias. También es cierto, que las "empresas públicas" (las distintas administraciones) no deben limitarse a endurecer las normativas, que por supuesto, sino que también tienen el deber de ser un ejemplo a seguir apostando por proyectos verdes, sostenibles y comprometidos con la mejora ambiental de las ciudades. En el caso quenos ocupa, Pontevedra, se debe ponerel foco en proyectos comoPontevedra Flúe y en actuaciones fundamentales como la renaturalización de los márgenes del ríoLérez o la parcela del circo en Mollavao, el destape del Río Gafos o la vía verde a Barro entre otros.
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