Diez cosas que debes saber sobre la violencia obstétrica

10 de julio 2016
Actualizada: 18 de junio 2024

En los últimos años se oye hablar más de este tipo de violencia. La visibilidad de la misma es crucial para una mayor concienciación social del problema.

Pero ¿qué es exactamente la violencia obstétrica? ¿Qué la diferencia de otros tipos de agresiones contra las mujeres? Aquí te explicamos varias cuestiones esenciales que debes saber para conocer más sobre la violencia obstétrica.

  1. Se trata de la una agresión específica contra mujeres por su condición de embarazadas, que puede alargarse al momento del parto y el post-parto.

  2. Consiste en la patologización de los procesos naturales del embarazo (pudiendo incluir también al parto).

  3. Conlleva también una agresión contra el feto y en ocasiones contra el recién nacido.

  4. Su manifestación más común consiste en inducir a la madre a soportar intervenciones sobre su cuerpo que resultan más invasivas y potencialmente perjudiciales que otras opciones. Por ejemplo, recomendando a una mujer a dar a luz mediante cesárea cuando el bebé viene de nalgas, sin informarle de opciones como la versión cefálica externa, mucho menos invasiva que la cesárea.

  5. Por lo general, la violencia obstétrica se lleva a cabo en revisiones ginecológicas y de obstetricia, en cursos y clases de preparación e inducción al parto y en el momento de dar a luz, pudiendo incluir también el post-parto.

  6. En la mayoría de las ocasiones esta violencia es llevada a cabo por asistentes sanitarios o incluso los propios médicos. Aunque muchos rechazan que sea un hecho generalizado y solo admiten casos aislados, es necesario una mayor mentalización contra este problema.

  7. Este tipo de violencia puede darse también de manera psicológica y verbal. Cualquier burla o menosprecio contra la mujer por su condición de embarazada entran también dentro de esta tipología de agresión. No hay que subestimar la capacidad de hacer daño de este tipo de agresiones.

  8. Muchas mujeres pueden ser víctimas de este tipo de agresiones sin saberlo porque han normalizado la actitud de los agresores y han acabado considerándola normal o inofensiva.

  9. El punto anterior es consecuencia de que la violencia obstétrica es otra materialización de la violencia general contra las mujeres. El sexismo, aunque en retroceso, está muy extendido en la mayoría de sociedades, por lo que ver a la mujer como alguien más débil por el hecho de ser mujer, o como alguien que debe "aguantar" burlas y comportamientos despectivos, está aún bastante generalizado.

  10. Una peculiaridad de la violencia obstétrica es que también puede darse por omisión. Generalmente por la omisión de la información necesaria que debe proporcionarse a la mujer para que ella pueda decidir sobre sí misma.

Teniendo en cuenta todos estos elementos, la lucha contra la violencia obstétrica pasa por lograr que se reconozca su existencia y darle visibilidad social. Ese es el primer paso en una mayor y mejor mentalización para combatirla.

Igualmente se pretende articular una serie de protocolos de actuación médica que reduzcan y en la medida de lo posible, eliminen la violencia obstétrica.

Principalmente, sustituyendo las prácticas más invasivas por aquellas que no lo sean siempre que se logre la misma eficacia. Un buen ejemplo de esto es la generalización del test prenatal no invasivo para reducir el número de amniocentesis.

El consentimiento informado de la mujer y el respeto a su protagonismo como futura madre son esenciales para que no se den cuadros de violencia obstétrica. La formación de los profesionales sanitarios para la prevención de estos hechos ha de ser otro de los pilares fundamentales en la lucha sin cuartel contra este otro tipo de violencia contra la mujer.