¡Cuántos pequeños Maquiavelos han surgido!

26 de noviembre 2024

Ha surgido en todo el planeta, especialmente en Occidente, que era la gran patria del sueño de la democracia, con todos sus matices y limitaciones. Sí, el neomaquiavelismo o el maquiavelismo ha resurgido con fuerza en la misma democracia, en los mismos movimientos democráticos que se nutren y están en su seno. Los sistemas democráticos son plantas, árboles muy débiles y muy fuertes; para que funcionen, una gran parte de la sociedad tiene que estar de acuerdo para que crezcan, al igual que una gran parte de los poderes. Y cuando hablamos de poderes, hablamos de todos los que se producen en la sociedad: político, cultural, religioso, económico, ideológico, etc.

No solo hablamos de si el maquiavelismo ha resurgido en las no-democracias, donde siempre está presente, sino también en las democracias o en parte de ellas. Lo preocupante es que se ha juntado la hiperinflación del concepto de competencia y competitividad, el debilitamiento de las éticas y morales tradicionales de siglos, la reducción del concepto religioso (teórico y práctico, especialmente en Occidente), las crisis sociales, políticas y económicas que cada cierto tiempo surgen en Occidente y en el mundo. Además, todos los cambios técnicos y científicos que se producen, junto con otras razones y motivos, se han fusionado en el maquiavelismo, en una nueva forma, en un nuevo "neo" que ha brotado y resurgido como un enorme volcán en las sociedades occidentales.

Algunos los llaman populismos; otros, polarizaciones; aquellos, radicalizaciones. Los de al lado juntan el término "neos" y añaden movimientos del pasado, movimientos ideológicos, políticos y culturales de hace unas generaciones que llenaron de lágrimas y sangre el planeta... (pongan ustedes nombre si desean o si quieren; claro está, pondrán fórmulas según estén dentro del círculo del neomaquiavelismo o fuera).

Es una paradoja: dicen que Maquiavelo, ante la situación política de Italia (dividida en tantos reinos y en tantas guerras civiles, y siendo su patria siempre objeto de invasiones de todo tipo –porque no lo olviden, estaban divididos; aprendan para el presente–), se inspiró y se basó en dos clases de fuentes: el imperio romano antiguo, que para él era italiano, y los príncipes-monarcas de su actualidad: Fernando el Católico de España y el rey Francisco de Francia. De esas realidades creó su sistema, que no solo es el famoso libro "El Príncipe", sino también su libro sobre estrategia militar (aunque si me permiten, creo y estimo que el poder del monarca turco, poder omnisciente, también debió influir en Maquiavelo). Porque ambas realidades van unidas y relacionadas en su presente...

Maquiavelo, de quien las malas lenguas dicen que fue torturado, sería uno de los primeros ejemplos de que "el fin justifica los medios", aunque esa frase nunca la dejó escrita. No sabemos si la expresaría en esas grandes partidas de cartas, naipes o dados que, dicen, hacía en el término final de su vida. Quién sabe si para que los poderes del momento lo dejaran tranquilo, mientras su cabeza seguía pensando un nuevo libro que se perdió o perdería entre los papeles...

Pero el tema, la tesis y el título de este modesto artículo no es hablar del maquiavelismo como gran corriente ideológica política. La Contrarreforma también tocó el tema político, y especialmente en España (no les cansaré con títulos y autores) hicieron un contramaquiavelismo, explicando que el rey, monarca y príncipe, por consecuencia, tenía que seguir reglas morales universales y naturales, que no estaba por encima de ellas, además de las normas de la racionalidad justa y equitativa, y también las normas morales religiosas del catolicismo. Estos autores nos pueden enseñar mucho hoy. Esta contrarreforma teórica política podría enseñarnos mucho a la vida política real, porque no todo vale, ni vale todo... Y cuando todo vale y vale todo, se puede terminar en Auschwitz o en Kolimá/Kolyma, en NeoAuschwitz o en NeoKolimá... Aprendamos del pasado reciente, aprendamos que "cuando a tu vecino las barbas veas pelar, pon las tuyas a remojar", tanto en ámbitos macrosociopolíticos como en ámbitos microsociopolíticos.

Pero hoy nos vamos a fijar en que he encontrado demasiadas personas en mi vida, en distintos oficios, estratos sociales, clases culturales, ideologías, en distintos colores de sus corazones y sus cerebros, en distintos ámbitos de la realidad (sean vecindades, amistades, lugares de trabajo, distintas organizaciones y entidades sociales, culturales o políticas, etc.). He encontrado en la vida diaria y rutinaria demasiadas personas que son maquiavélicas, neomaquiavélicas, que ya se han acostumbrado a ese sistema de ser y de estar en el mundo. Mienten, engañan, manipulan y dicen una cosa u otra, o te regalan una sonrisa o una queja, o lo que sea para sus fines. Han perdido, en diversos temas e intereses, el concepto de realidad, verdad, bien, bondad, racionalidad, prudencia... Y al final son verdaderos maquiavélicos, solo por sus intereses, sean estos de una manera u otra, de unos fines u otros: políticos, económicos, culturales, artísticos, sociales, profesionales, laborales, afectivos, de poder, religiosos, etc.

Cuando alguien le hable de maquiavelismo, no caiga en el pensamiento de que solo se produce esta forma de ser y estar en el mundo en la gran política o en la gran economía, sino que mire bien y encontrará personas que en todos los ámbitos, incluso familiares (en sentido amplio de la familia), en las relaciones laborales, en las amistades, en la calle, etc., son maquiavélicas, sea por un fin u otro, sea en una comunidad de vecinos o en una asociación deportiva...

El Maquiavelo histórico, independientemente del valor que demos a su sistema de pensamiento sociopolítico, nos descubrió una faceta humana... Aquí, muchos dirían que el maquiavelismo se mezcla mucho con la psicopatía y el relativismo moral sociopolítico y... ¡Pero eso, estimado lector, es otro tema que quizás algún año bisiesto toquemos, rocemos y besemos...! ¡Paz y bien...!

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